En un día devastador marcado por la violencia contra la población civil, los ataques con cohetes rusos el 8 de julio de 2024 provocaron la muerte de al menos 43 personas en varias ciudades de Ucrania. El ataque incluyó un ataque particularmente espantoso contra el hospital infantil Okhmatdyt en el centro de Kiev, que estaba en ruinas. Este incidente ha sido descrito como uno de los días más mortíferos de la guerra en curso.
Tim, un trabajador humanitario chino de 43 años, estaba en las afueras de Kiev cuando escuchó cohetes volando sobre su cabeza. Poco después se enteró de que el hospital infantil había sido atacado. Junto con un amigo británico, Tim acudió rápidamente al lugar para ayudar en las labores de recuperación. La espantosa visión de los miembros amputados, algunos de los cuales pertenecían a niños, le causó una profunda impresión. “Ver esas imágenes me hizo llorar”, dijo, reflexionando sobre la ira que se encendió en su interior. Esta abrumadora experiencia llevó a Tim a unirse al ejército ucraniano.
Cuando Tim llegó a Ucrania en julio de 2023, siguió de cerca la situación desde China y contribuyó a los esfuerzos de ayuda mediante donaciones financieras. Al principio estaba desempleado, pero quería hacer más, lo que le llevó a viajar a Ucrania como voluntario. Solicitó una visa de negocios y comenzó este desafiante viaje.
Las motivaciones de Tim son una combinación de simpatía por la difícil situación de los ucranianos y una creciente desilusión con la vida en China. Señala que hace años los chinos podían discutir abiertamente los problemas sociales. Sin embargo, ese clima ha cambiado drásticamente. Utilizando una VPN para acceder a información desde el extranjero, recurrió a YouTube para informarse sobre la guerra, descartando las historias promovidas por los medios estatales como inexactas.
A lo largo de un año, Tim hizo varios viajes de regreso a China, recorriendo rutas largas para evitar restricciones. Con cada visita se convenció más del potencial de Ucrania para un futuro mejor. La cálida bienvenida que recibió como extranjero lo motivó a traer a su familia. Sin embargo, el ataque con cohetes al hospital infantil fue el catalizador de su decisión de alistarse en el ejército.
Los voluntarios internacionales en Ucrania tienen la opción de servir en unidades del ejército regular o en dos legiones internacionales dedicadas, y se estima que hay 8.000 extranjeros involucrados en las fuerzas terrestres. Aunque muchos reclutas provienen de América del Sur, sólo un pequeño número de ciudadanos chinos participan, lo que refleja la compleja actitud hacia Rusia dentro de China. Los sentimientos nacionalistas persisten debido a agravios históricos, pero la propaganda estatal retrata la crisis en gran medida como si fuera creada por Estados Unidos.
A pesar de la postura neutral declarada del gobierno chino, el presidente Xi Jinping ha mantenido una estrecha relación con el presidente ruso Vladimir Putin, lo que ha generado preocupación en Occidente sobre el papel de China en el apoyo a la guerra. El comercio entre China y Rusia se ha disparado, incluso cuando la ayuda militar directa sigue sin confirmarse.
Las investigaciones sugieren que una porción sustancial de la población china, en gran medida influenciada por las narrativas gubernamentales, alberga sentimientos prorrusos, pero hay una facción importante, aunque a menudo silenciosa, que apoya a Ucrania. Muchos ciudadanos que sienten que su gobierno les niega derechos dudan en expresar su desacuerdo por temor a ser perseguidos.
Otro voluntario chino, Fan, que decidió compartir sólo su nombre para proteger su identidad, enfrentó perspectivas sombrías antes de mudarse a Ucrania. Después de perder su negocio durante la pandemia y acumular una deuda significativa, buscó una existencia más significativa. Su descubrimiento de ciudadanos chinos que luchaban por Ucrania lo llevó a romper con la vida estancada en China.
A Fan le resultó difícil explorar oportunidades para unirse al esfuerzo ucraniano, pero finalmente se puso en contacto con una agencia de contratación y dejó atrás a su familia. Aunque inicialmente fue asignado para operar drones en el frente, las barreras del idioma lo llevaron a un papel menos intensivo en combate, pero todavía añora la migración de su familia a Ucrania.
Tanto las historias de Tim como Fan resaltan no sólo las complejidades de la geopolítica, sino también las historias personales de individuos obligados por las circunstancias a participar en un conflicto que se siente a mundos de distancia de sus países de origen. En medio de su impulso para apoyar a Ucrania, también enfrentan la atmósfera política opresiva en China, donde expresar opiniones diferentes puede tener graves consecuencias.
A medida que estos voluntarios recorren sus desafiantes caminos, están motivados por razones profundamente personales, esforzándose por construir nuevas vidas y mostrar las diversas perspectivas del pueblo chino. Sus experiencias subrayan la realidad matizada de las personas atrapadas entre sus creencias y el peso de sus preferencias nacionales.