Una nueva investigación muestra que, si bien el Acuerdo de París ha dado lugar a algunas reducciones en la intensidad de carbono, las emisiones generales están aumentando como resultado del crecimiento económico.


Un estudio reciente dirigido por investigadores de la Universidad de Washington proporciona una evaluación de una década del impacto del Acuerdo de París, un tratado internacional destinado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el calentamiento global. Aunque se han logrado algunos avances en la reducción de emisiones en algunos países, los resultados generales sugieren que el impacto no ha sido suficiente para compensar las consecuencias ambientales del crecimiento económico.

El Acuerdo de París, firmado hace una década por casi 200 países, incluía un compromiso de 15 años para que los países redujeran las emisiones, con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 grados Celsius (e idealmente a 1,5 grados Celsius) para finales de siglo. La nueva investigación, publicada en Comunicación Tierra y Medio Ambiente, destaca que, si bien algunos países han logrado avances en la reducción de emisiones, el impacto general sigue siendo demasiado grande para mitigar significativamente el cambio climático.

Adrian Raftery, profesor emérito de estadística y sociología, enfatizó que el aumento del producto interno bruto (PIB) global ha socavado muchos de los esfuerzos de reducción de emisiones iniciados en respuesta al tratado. Aunque la intensidad de carbono (la cantidad de emisiones de carbono por dólar del PIB) tiene una tendencia a la baja, del 3,1% anual, esta mejora se está viendo eclipsada por el rápido crecimiento económico. Como resultado, las emisiones globales totales han seguido aumentando.

El estudio se basa en investigaciones anteriores que encontraron que incluso si todos los países cumplieran con sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), solo habría un 5% de posibilidades de mantener el calentamiento por debajo del umbral crítico de 2 grados Celsius. Un artículo posterior de 2021 defendió la necesidad de aumentar los objetivos de reducción de emisiones en alrededor de un 80% para aumentar significativamente las posibilidades de limitar el aumento de temperatura.

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Utilizando datos actualizados de la última década, los últimos hallazgos muestran que si bien ha habido una tendencia positiva en la reducción de la intensidad de carbono, no se está traduciendo en una disminución neta de las emisiones debido a un crecimiento más rápido de lo esperado en la economía global. Raftery señaló los desafíos de reducir el crecimiento económico, especialmente en un momento de expansión demográfica, y argumentó que la intensidad de carbono es el único factor bajo alguna forma de control político.

A pesar de estos desafíos, se han producido algunos avances alentadores. La probabilidad de que se produzcan escenarios de cambio climático severo –en los que las temperaturas aumenten 3 grados Celsius o más– ha caído del 26% en 2015 al 9% en estimaciones recientes. La probabilidad de mantener las temperaturas globales por debajo de los 2 grados también ha mejorado, del 5% al ​​17%.

La dinámica de las emisiones varía considerablemente entre países, especialmente entre economías más grandes. China, responsable de casi un tercio de las emisiones mundiales de carbono, experimentó un crecimiento económico notable junto con una reducción del 36% en la intensidad de carbono para 2024. Sin embargo, las emisiones totales de China aumentaron a medida que aumentó el PIB, siguiendo patrones similares en India y Rusia, donde las emisiones excedieron los objetivos proyectados.

Raftery destacó las notables diferencias en la intensidad de carbono entre las economías más grandes; La intensidad de carbono de China es tres veces mayor que la de Alemania, mientras que Estados Unidos muestra niveles un 50% más altos que los de Alemania. Los acontecimientos políticos en Estados Unidos han complicado aún más el panorama, especialmente durante la administración Trump, cuando se anunciaron planes para retirarse del Acuerdo de París. Por el contrario, la administración Biden ha prometido una reducción sustancial de las emisiones estadounidenses para 2035.

Para evaluar el impacto potencial de que Estados Unidos no contribuyera a la reducción de emisiones, los investigadores modelaron escenarios que indicaban que si todos los demás países cumplieran sus objetivos sin la participación de Estados Unidos, las posibilidades de mantener el calentamiento por debajo de los 2 grados disminuirían del 34% al 27%. Esta proyección supone que Estados Unidos detendrá sus recortes de emisiones, aunque no tiene en cuenta otros posibles cambios en la intensidad de las emisiones de carbono.

Raftery concluyó con una nota de optimismo cauteloso, reconociendo que si bien el Acuerdo de París ha logrado reducir la intensidad de carbono, se necesitan esfuerzos significativamente mayores para compensar el crecimiento económico continuo. Los hallazgos subrayan una interacción compleja entre el desarrollo económico y los objetivos climáticos, y resaltan la necesidad urgente de políticas fortalecidas y esfuerzos internacionales concertados para limitar eficazmente el cambio climático.



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