Una colosal explosión solar en el lado opuesto del Sol envía ondas de choque a Venus, los científicos monitorean las implicaciones para la Tierra


Una explosión masiva en la cara oculta del Sol ha enviado importantes ondas de choque por todo el sistema solar, golpeando a Venus en particular con una poderosa eyección de masa coronal (CME). Este extraordinario evento solar se descubrió por primera vez a última hora del 21 de octubre y se conoce como uno de los estallidos solares más rápidos y enérgicos registrados en el ciclo solar actual, lo que provocó especulaciones entre los astrónomos sobre la posibilidad de que la Tierra sea la siguiente.

La Fuerza Aérea de EE.UU. informó que las emisiones de radio Tipo II de la explosión indicaron velocidades de deriva correlacionadas con velocidades de aproximadamente 1.500 millas por segundo (2.474 km/s), revelando la notable velocidad de la CME. Esto la coloca en las filas de algunas CME históricas que han superado esta velocidad, incluida la infame tormenta solar de 1972, que causó importantes perturbaciones, incluida la destrucción de minas navales, y la poderosa erupción de clase X8 de 2017 que afectó a las redes eléctricas.

Sin embargo, la Oficina de Análisis del Clima Espacial Luna-Marte de la NASA ha actualizado la velocidad estimada de la CME a aproximadamente 1.320 km/s. Aunque esta cifra es menor, todavía representa una perturbación solar muy impactante. Según el modelo ENLIL de la NASA, la trayectoria de la onda de choque pasó directamente a través de Venus evitando la Tierra en su trayectoria actual.

Venus, que no tiene campo magnético, probablemente sufrió erosión atmosférica en la cima de sus nubes. Este fenómeno ocurre cuando partículas cargadas de eventos solares eliminan iones de la atmósfera superior del planeta, una reacción que se ha observado constantemente durante importantes encuentros con el Sol.

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La explosión provino de la mancha solar AR4246, una región particularmente activa que recientemente había girado fuera de la vista de la Tierra. Esta misma área había producido previamente múltiples CME dirigidas a la Tierra, lo que provocó pequeñas tormentas geomagnéticas y auroras en latitudes septentrionales.

Actualmente, el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA ha informado que esta explosión en particular no representa una amenaza inmediata para la Tierra. Pero como se espera que AR4246 vuelva a aparecer a principios de noviembre, los científicos advierten que podría haber más erupciones en el horizonte que podrían impactar nuestro planeta.

A medida que la actividad solar aumenta hacia el pico esperado del ciclo solar a finales de 2025, los especialistas en meteorología espacial permanecen vigilantes y monitorean de cerca el comportamiento del sol, ya que es probable que tales eventos explosivos se vuelvan más comunes en los próximos meses.



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