La Fuerza Aérea de Turquía ha completado oficialmente la compra de doce aviones C-130J Super Hercules previamente retirados por el Reino Unido, una medida que se espera que aumente significativamente las capacidades de transporte aéreo de Turquía. Este anuncio lo hizo el almirante Zeki Akturk, portavoz del Ministerio de Defensa turco, durante una reciente conferencia de prensa. Tras su retiro de la Royal Air Force, estos aviones fueron transferidos al Marshall Group para su mantenimiento y renovación.
El contralmirante Akturk afirmó que el avión C-130J se integrará gradualmente en la Fuerza Aérea de Turquía una vez finalizados los trabajos de mantenimiento y modernización en Gran Bretaña, tal como se estipula en el acuerdo firmado. Señaló además que después de la fase de mantenimiento inicial, el mantenimiento continuo de estas aeronaves se llevará a cabo a nivel nacional, después de la capacitación requerida para el personal involucrado.
La búsqueda de estos aviones por parte de Turquía ha sido un movimiento estratégico para fortalecer sus capacidades de transporte, especialmente porque la Fuerza Aérea Turca actualmente opera una combinación de aviones Airbus A400 y variantes más antiguas del C-130, particularmente los modelos B y E. La relación de larga data de Turquía con los aviones C-130 se remonta a la década de 1960, cuando el país adquirió su primer lote de C-130E. En las últimas décadas, Turquía ha ampliado su flota mediante varias compras, incluidos C-130B de la Fuerza Aérea de EE. UU. a principios de la década de 1990 y C-130E de Arabia Saudita en 2011. Estos aviones fueron operados principalmente por el 222º Escuadrón “Alev”, con base en el Aeropuerto Internacional Erkilet en Kayseri.
La decisión del Reino Unido de retirar sus C-130J coincidió con la introducción del nuevo avión A400M Atlas en la Royal Air Force, que asumió las funciones logísticas anteriormente gestionadas por las unidades Hércules retiradas. A pesar de su retirada, los modelos C-130J más antiguos aún no habían llegado al final de su vida operativa, habiendo estado en servicio desde su introducción a finales de los años 1990. La Autoridad de Ventas de Equipos de Defensa (DESA) había tomado previamente medidas para reemplazar piezas críticas, aumentando el apetito exportador del avión.
Esta adquisición marca un avance significativo en la logística militar de Turquía y refleja sus esfuerzos continuos para modernizar y ampliar sus capacidades de transporte aéreo. Se espera que la integración de estos C-130J fortalezca la capacidad de Turquía para responder a diversas demandas operativas, aumentando el compromiso militar tanto nacional como internacional.