El presidente Donald Trump ha adoptado una postura firme contra el actual cierre del gobierno, que dura desde el 1 de octubre, debido a la incapacidad de demócratas y republicanos de llegar a un acuerdo sobre un proyecto de ley de gastos. En una publicación en Truth Social, Trump expresó su frustración con los líderes demócratas, específicamente apuntando a Chuck Schumer, a quien acusó de dañar a los miembros del servicio militar durante el cierre. Trump afirmó que ha ordenado al secretario de Guerra, Pete Hegseth, que se asegure de que los miembros del servicio reciban sus cheques de pago antes del 15 de octubre, y enfatizó que se han identificado fondos para este propósito.
“No permitiré que los demócratas mantengan HOSTILES a nuestro ejército y a toda la seguridad de nuestra nación”, declaró Trump, afirmando que el Partido Demócrata debería priorizar la reapertura del gobierno para abordar varios temas, incluida la atención médica.
El cierre se produjo en medio de preocupaciones de los demócratas sobre la expiración de los recortes de impuestos de la Ley de Atención Médica Asequible y los recortes propuestos a Medicaid que podrían afectar la cobertura de atención médica de muchas personas. Trump caracterizó la situación como evitable, argumentando que las acciones del Partido Demócrata están dañando programas y servicios vitales para los estadounidenses.
Por otro lado, Schumer expresó confianza en la estrategia demócrata, afirmando que “cada día mejora” para el partido durante el cierre. Indicó que el enfoque en la atención médica había sido anticipado y posicionado como un punto crítico de discordia. Schumer señaló que la falta de negociaciones de los republicanos está empeorando la situación de las familias estadounidenses, sugiriendo que los argumentos a favor de la reforma del sistema de salud son cada vez más fuertes con cada día que pasa del cierre.
El actual estancamiento ha llevado a los republicanos a culpar a Schumer por no haber logrado apaciguar al ala progresista de su partido, especialmente a la luz del panorama político competitivo de Nueva York, que presenta desafíos importantes para el liderazgo actual. La Casa Blanca ha destacado las declaraciones de Schumer como una estrategia destinada a dañar al público estadounidense a través del cierre, considerándola una medida táctica ligada a las políticas de inmigración y atención médica.
A medida que aumentan las tensiones entre las dos partes, ambas parecen haberse asentado en sus posiciones. Aunque Trump se ofrece a trabajar con los demócratas en otros temas una vez que se reabra el gobierno, el camino a seguir sigue siendo incierto, con consecuencias significativas para los actores políticos y militares.