El presidente Donald Trump marcó un hito importante el jueves cuando el cierre del gobierno duró 37 días, ahora oficialmente el más largo en la historia de Estados Unidos. El cierre, que ha atraído una atención generalizada, está vinculado en gran medida a disputas financieras entre la administración Trump y los demócratas en el Congreso.
Se espera que Trump aborde la situación actual en un anuncio público a las 11 a.m. EST, atrayendo la atención del público y los medios. Si bien algunos demócratas interpretaron sus declaraciones del miércoles como una posible señal de una creciente participación del presidente, Trump ha pasado en gran medida a un segundo plano en las negociaciones. En cambio, las discusiones se han intensificado entre un grupo bipartidista de senadores centristas que intentan alcanzar una solución para romper el estancamiento.
Sin embargo, Trump ha sido inflexible en que no negociará varias demandas demócratas (una de las cuales apunta a abordar los subsidios al seguro médico que están a punto de expirar) hasta que acuerden reabrir el gobierno. La postura ha generado un creciente escepticismo entre los demócratas, que cuestionan el compromiso del presidente con cualquier acuerdo. Sus preocupaciones se ven agravadas por las acciones recientes de la administración, que ha tomado medidas para limitar la asistencia alimentaria del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) a pesar de las directivas judiciales para garantizar que los fondos sigan disponibles para combatir el hambre durante el cierre.
A medida que la situación continúa evolucionando, el impacto del enfrentamiento continúa repercutiendo en todos los sectores, destacando el papel fundamental de la cooperación bipartidista para abordar las cuestiones nacionales.



