En una respuesta estratégica a las crecientes preocupaciones de los votantes sobre el costo de vida, el presidente Donald Trump está cambiando su enfoque de mensajes para resaltar nuevas exenciones fiscales y avances en la lucha contra la inflación. Este ajuste se produce tras un importante revés electoral en el que la inflación y la asequibilidad surgieron como cuestiones críticas para los votantes, especialmente durante las recientes elecciones para gobernador en Nueva Jersey y Virginia, donde los demócratas ganaron terreno significativo. La alguna vez firme postura de Trump en materia económica ahora está plagada de vulnerabilidades mientras se prepara para las próximas elecciones de mitad de período.
Los funcionarios de la Casa Blanca, que hablaron bajo condición de anonimato, indicaron que si bien la asequibilidad siempre ha sido una prioridad para Trump, habrá un enfoque renovado en el tema. En particular, en un evento reciente en la Oficina Oval, Trump anunció que las compañías farmacéuticas Eli Lilly y Novo Nordisk bajarían los precios de sus medicamentos contra la obesidad, argumentando que la administración ha logrado avances significativos en materia de asequibilidad en comparación con los demócratas.
A pesar de estos informes, las perspectivas actuales de inflación siguen siendo sombrías. Datos recientes muestran que los precios al consumidor aumentaron un 3% anual en septiembre, frente al 2,3% en abril, cuando Trump aceleró sustanciales aumentos arancelarios que perturbaron la economía. El problema del aumento de los precios de los alimentos y de las facturas de electricidad se ha visto exacerbado por una desaceleración en el crecimiento del empleo. Como resultado, las preocupaciones económicas dominaron las prioridades de los votantes en elecciones estatales clave, lo que refleja un sentimiento más amplio de que el liderazgo económico de Trump está bajo un escrutinio cada vez mayor.
La Casa Blanca está promoviendo activamente temas de conversación como el desempeño récord del mercado de valores y la afluencia de inversión extranjera. Trump ha afirmado que los precios de la gasolina están cayendo, aunque el promedio nacional es de 3,08 dólares, contrariamente a su afirmación de 2 dólares por galón. Al señalar que los estadounidenses están experimentando costos más bajos en productos esenciales, un portavoz de la Casa Blanca destacó los nuevos acuerdos de fijación de precios de medicamentos destinados a generar ahorros significativos en atención médica.
Para reforzar su mensaje económico, Trump planea aumentar los viajes nacionales el próximo año, con esfuerzos específicos para abordar los problemas de asequibilidad. La administración también ha aumentado su alcance en las redes sociales, enfocándose en precios asequibles para los productos del Día de Acción de Gracias en varios minoristas.
Sin embargo, los críticos argumentan que revertir la percepción pública sobre la asequibilidad será un gran desafío para Trump. Los analistas sugieren que sus recientes derrotas electorales han disminuido su autoridad económica, especialmente porque los votantes expresan un creciente escepticismo sobre su liderazgo en comparación con el de los demócratas. Mientras la Casa Blanca se prepara para implementar nuevas políticas relacionadas con la asequibilidad, Trump insinuó próximos acuerdos destinados a reducir los precios de los medicamentos.
Con la temporada de impuestos a la vuelta de la esquina, la administración quiere educar a los votantes sobre cómo los recortes del impuesto sobre la renta de Trump afectarán sus reembolsos, tras la amplia legislación fiscal aprobada en julio. Lograr un equilibrio entre la reducción de costos y el aumento de los salarios sigue siendo un obstáculo importante para el gobierno. Además, existe una perspectiva optimista de que pueda surgir un panorama económico más saludable en los próximos meses, especialmente con los esperados recortes de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
A pesar de estas predicciones optimistas, la complejidad de la economía estadounidense a menudo desafía las intenciones del presidente. Los precedentes históricos muestran que los cambios económicos pueden afectar rápidamente los índices de aprobación de un presidente, una lección aprendida durante la presidencia de Joe Biden cuando la inflación se disparó al nivel más alto en cuatro décadas. La administración Trump enmarca sus desafíos inflacionarios como un legado del mandato de Biden, mientras que la investigación económica muestra que los aranceles impuestos bajo el liderazgo de Trump han aumentado las presiones inflacionarias.
A medida que la batalla legal en curso sobre los aranceles país por país de Trump avanza hasta la Corte Suprema, la administración se mantiene firme en su creencia de que los aranceles son beneficiosos, buscando refutar las afirmaciones demócratas que los vinculan con el aumento de los precios. Trump ha reiterado que si bien las entidades extranjeras pueden soportar algunos de los costos, los beneficios generales para los estadounidenses serán sustanciales, lo que refleja un esfuerzo más amplio para remodelar la narrativa en torno a la economía antes de un año electoral crucial.



