El presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado que Rusia y China están realizando en secreto pruebas nucleares subterráneas, una acusación que ha provocado un renovado debate sobre la estrategia nuclear de Estados Unidos. En una entrevista reciente con CBS 60 minutosTrump defendió su sorpresiva decisión de reanudar las pruebas nucleares, las primeras de este tipo desde 1992. Afirmó que, si bien Estados Unidos se ha abstenido de realizar pruebas, otros países supuestamente están participando en estas actividades sin el conocimiento del público.
Según Trump, “Rusia y China están realizando pruebas, pero no hablan de ello”, lo que sugiere que estos países están realizando sus pruebas a gran profundidad, donde los detalles aún no están claros. Sus comentarios siguen a una orden que dio al ejército estadounidense de prepararse para nuevas pruebas de armas nucleares, que según él son esenciales para mantener la confiabilidad del arsenal estadounidense.
Trump enfatizó que Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país, seguido por Rusia y China en un distante tercer lugar. Sin embargo, advirtió que la brecha podría cerrarse rápidamente si estos países continuaran aumentando sus capacidades nucleares. «Los están haciendo rápido», dijo, reforzando su opinión de que Estados Unidos no puede darse el lujo de quedarse de brazos cruzados mientras otros siguen adelante con sus programas nucleares.
Cuando se le preguntó sobre la razón detrás de la necesidad de renovar las pruebas, Trump dijo: «Hay que ver cómo funcionan», refiriéndose a las continuas actividades nucleares de países como Corea del Norte. Criticó la transparencia que rodea estos acontecimientos y señaló: «No tienen periodistas que vayan a escribir sobre ello. Nosotros sí». Esta declaración refleja su creencia de que Estados Unidos debe seguir siendo proactivo en su estrategia nuclear, señalando las pruebas de misiles realizadas por Rusia y Corea del Norte como prueba de que sus rivales están ampliando sus arsenales.
Históricamente, la última prueba nuclear estadounidense tuvo lugar en septiembre de 1992 como parte de la Operación Julin, que implicó una serie de siete explosiones subterráneas llevadas a cabo antes de que Estados Unidos firmara el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE). Aunque 187 países han firmado el tratado y 178 lo han ratificado, Estados Unidos no ha ratificado el TPCE, lo que deja abierta la opción para que futuros gobiernos reinicien las pruebas.
Las implicaciones de la decisión de Trump de reanudar las pruebas nucleares podrían tener consecuencias significativas para las relaciones internacionales y los esfuerzos de no proliferación nuclear. Los observadores siguen de cerca cómo se desarrollarán estos acontecimientos en el contexto más amplio de la seguridad global.



