En una audaz declaración el lunes, Donald Trump advirtió que Estados Unidos podría regresar a ser un «país casi del Tercer Mundo» si la Corte Suprema declara ilegales sus aranceles globales. El expresidente enfatizó que estos aranceles desempeñaron un papel importante en el aumento tanto de la prosperidad como de la seguridad nacional durante su mandato. Hizo hincapié en que el uso estratégico de aranceles en las negociaciones con China y otros países es fundamental para la posición económica de Estados Unidos.
Los comentarios de Trump preceden a un importante enfrentamiento legal mientras la administración se prepara para los desafíos de varias pequeñas empresas y varios estados. Estas entidades afirman que la mayoría de las tarifas son ilegales y deberían ser declaradas inválidas. Trump recurrió a Truth Social y proclamó que el caso de la Corte Suprema, que comienza el miércoles, representa uno de los momentos más cruciales en la historia de Estados Unidos.
«Si a un presidente no se le permite utilizar aranceles, estaremos en una gran desventaja en comparación con todos los demás países del mundo, especialmente los grandes», dijo. Expresó su preocupación de que un fallo en contra de los aranceles podría dejar a Estados Unidos vulnerable y enfatizó que su eliminación podría conducir a una disminución del estatus nacional.
Trump se jactó de los máximos históricos del mercado de valores y atribuyó este éxito a los aranceles implementados durante su administración, al tiempo que afirmó que la inflación era mínima y la seguridad nacional insuperable. Declaró: “Si ganamos, seremos, CON MUCHA diferencia, el país más rico y seguro del mundo”. Sin embargo, advirtió: “Si perdemos, nuestro país podría quedar reducido a casi el tercer mundo. ¡Oremos a Dios que eso no suceda!”.
El expresidente subrayó la necesidad de los aranceles como herramienta crucial para mantener una posición negociadora internacional sólida, argumentando que han permitido a Estados Unidos alcanzar acuerdos comerciales favorables. Un fallo a favor de los oponentes no sólo podría alterar sus políticas comerciales, sino que también podría requerir que el gobierno reembolse parte de los ingresos provenientes de estos impuestos a las importaciones.
En medio del debate en curso, Trump ha enmarcado a la oposición como compuesta por entidades extranjeras y demócratas que, según él, históricamente han explotado los recursos estadounidenses. Mientras la Corte Suprema se prepara para escuchar el caso, el resultado promete tener implicaciones de largo alcance para el futuro de la política comercial y la estrategia económica de Estados Unidos.



