Un tribunal tunecino recientemente pronunció una sentencia de muerte a Saber Chouchane, un trabajador de un día de 56 años con capacitación limitada, en una declaración de hitos que causó la indignación entre los defensores de los derechos humanos. Chouchane fue condenado por un mensaje de Facebook que se consideró crítico con el presidente Kais Saied, quien marcó una escalada inquietante en la acción del gobierno contra diferentes opiniones.
El tribunal, con sede en Nabeul, encontró a Chouchane culpable de varios cargos, incluida la distribución de noticias falsas, insultando al presidente y miembros del poder judicial y amenazante de seguridad del estado. Esta declaración llega en un momento en que Túnez no se ha visto en más de tres décadas. El abogado defensor de Chouchane, Oesssama Bouthalja, ya ha presentado una apelación contra la decisión.
Jamal Chouchane, el hermano del hombre convicto, expresó el miedo a la familia en una entrevista con Reuters, con el énfasis en su terrible situación económica: «Somos una familia que sufre de pobreza, y ahora su opresión e injusticia se suman a la pobreza».
El fallo causó una convicción generalizada, como resultado de una creciente preocupación por el deterioro del paisaje democrático en Túnez. Desde que el presidente Saied se hizo cargo del control en 2021, ha implementado una serie de medidas para suprimir la oposición y consolidar el poder. Sus acciones incluyen la congelación del Parlamento y el Movimiento que generalmente se etiqueta como un ‘umbrilla y desmantelando importantes instituciones democráticas. En particular, rechazó el Consejo Judicial Supremo, que tiene la tarea de mantener la independencia judicial, y ha reclamado la autoridad para eliminar a los jueces y fiscales que desafían su régimen.
En un cambio importante, Saied reestructuró la Constitución en julio de 2022, como resultado de la cual la administración de la nación cambió de un sistema semi-presidencial a un sistema hiperesidencial, que se otorgó una autoridad sin precedentes. Bajo su liderazgo, la represión política se ha intensificado, con la sentencia de la prisión de innumerables figuras de la oposición, periodistas y activistas de derechos humanos, visto acciones como esfuerzos para asegurar su reelección en 2024.
Los críticos afirman que el régimen de Saied ha logrado gran parte del progreso democrático desde la primavera árabe en 2011, por lo que se plantean preguntas urgentes sobre el futuro de la libertad y los derechos humanos en Túnez. Mientras la nación está luchando con estos desafíos, el destino de las personas como Saber Chouchane sirve como un recuerdo móvil de la vulnerabilidad de la democracia a la luz del autoritarismo.