Los estadounidenses involucrados en viajes aéreos enfrentan desafíos cada vez mayores a medida que continúa el cierre del gobierno, lo que afecta las operaciones en los aeropuertos de todo el país. Mientras las aerolíneas estadounidenses luchan contra la escasez de personal debido al impago de los controladores aéreos, las cancelaciones y retrasos han aumentado significativamente. El sábado, las aerolíneas cancelaron más de 1.500 vuelos, y ese número aumentó a más de 2.900 sólo el domingo. Esta tendencia no muestra signos de disminuir, con casi 1.600 vuelos cancelados la madrugada del lunes y otros casi 1.000 cancelados el martes.
La crisis surge de una orden de la Administración Federal de Aviación (FAA) de reducir el tráfico aéreo, ya que muchos controladores de tráfico aéreo ya no se presentan a trabajar después de estar sin cobrar durante casi un mes. A medida que continúa la interrupción, los principales aeropuertos, incluidos Newark, Orlando, Chicago y Detroit, están experimentando retrasos importantes, y los informes indican tiempos de espera de más de una hora para los vuelos que aún operan.
Este es el segundo período salarial consecutivo en el que los controladores aéreos se enfrentan a dificultades financieras, lo que llevó al presidente del sindicato, Nick Daniels, a convocar una conferencia de prensa para discutir el impacto del cierre en la fuerza laboral.
Las aerolíneas se ven cada vez más obstaculizadas por la incapacidad de reposicionar aviones, pilotos y tripulaciones debido a esta actual escasez de controladores de tráfico aéreo. En respuesta, la FAA implementó una reducción obligatoria del 4% en los vuelos el pasado fin de semana, cifra que se espera que aumente al 6% el martes y posiblemente alcance una reducción del 10% el próximo fin de semana. El Ministro de Transporte, Sean Duffy, sugirió que si la situación no mejora, los recortes podrían aumentar hasta el 20%.
Duffy expresó su preocupación de que cada vez menos inspectores regresan a trabajar cada día mientras continúa el cierre. La crisis actual ha exacerbado aún más el problema existente de la escasez de controladores de tráfico aéreo, un problema que ha sido reconocido por varios gobiernos durante años. Los esfuerzos para alentar a los auditores próximos a la jubilación a que sigan trabajando han fracasado en gran medida, y el cierre actual parece estar alentando a algunos a jubilarse anticipadamente.
Si bien una reducción del 4% puede parecer mínima, tendrá un impacto importante en las operaciones en 40 de los aeropuertos más transitados y congestionados del país. La FAA ha dicho que estas reducciones son esenciales para garantizar la seguridad de los pasajeros, ya que los inspectores que aún están de servicio enfrentan horarios extendidos y horas extras obligatorias en medio de la falta de fondos.
A medida que se acercan las vacaciones, los expertos advierten que la situación podría empeorar aún más. Duffy advirtió que los viajes aéreos podrían «reducirse a un goteo» la semana de Acción de Gracias, lo que aumenta las preocupaciones entre los viajeros mientras se preparan para una de las épocas de viajes más ocupadas del año.



