Un estudio reciente realizado en Hong Kong ha demostrado una correlación intrigante entre los hábitos de desayuno y la salud mental en los jóvenes. La investigación indica que las personas que muestran niveles más altos de síntomas depresivos o impulsividad tienen más probabilidades de omitir el desayuno. Aunque se notó el vínculo con el miedo, la fuerza de esta asociación se describió como mínima.
Publicado en Fronteras en psiquiatríaEl estudio enfatiza la importancia del desayuno como una parte crucial de la dieta diaria, complementando la energía y la entrega de nutrientes esenciales después de una noche de ayuno. En todo el mundo, la comida para el desayuno varía considerablemente, desde granos y yogurt en países occidentales hasta arroz y sopas en las culturas del este de Asia. Muchas personas consideran el desayuno como un ritual importante que promueve la conexión familiar y promueve un comienzo pacífico del día.
La principal autora del estudio, Stephanie Ming Yin Wong, y su equipo intentaron analizar patrones de consumo de desayuno entre los jóvenes de Hong Kong, específicamente dirigidos a personas de 15 a 24 años. Utilizaron datos del Estudio Epidemiológico Juvenil Juvenil de Hong Kong de la salud mental (HK-YES), la primera investigación extensa de salud mental en la región, recopilando información entre 2019 y 2022. Con una edad promedio de 20 años.
Los resultados mostraron que un notable 85% de los encuestados consumía desayuno diariamente o intermitente, mientras que el 15% era un desayuno regular. Aquellos en el último grupo resultaron ser algo más impulsivo, especialmente en áreas relacionadas con el control de atención y el auto -control. Además, estas personas informaron síntomas depresivos más pronunciados y un aumento de los síntomas de ansiedad marginales. En general, los skippers de desayuno notaron casi un día adicional de pérdida de productividad por mes y mostraron algo más pobre funcionamiento social y profesional en comparación con sus compañeros que desayunan regularmente.
Los autores enfatizaron las implicaciones de sus hallazgos, lo que sugiere que el hábito de omitir el desayuno puede contribuir a un aumento de los síntomas depresivos, en los que el control de atención reducido parece ser un factor clave en esta relación. Argumentaron para integrar la promoción del consumo regular de desayuno en intervenciones de estilo de salud mental y estrategias de salud pública dirigidas a los jóvenes.
Aunque esta investigación ofrece información valiosa sobre la relación entre los hábitos de desayuno y la salud mental, los autores advierten que las asociaciones identificadas eran relativamente débiles y eran principalmente detectables debido al gran tamaño de la muestra. También señalaron que los hallazgos del estudio son específicos de Hong Kong, lo que implica que los patrones comparables no son necesariamente ciertos en diferentes contextos culturales.
Este extenso estudio enfatiza el potencial de los hábitos dietéticos, en particular el consumo de desayuno, para influir en los resultados de la salud mental, lo que abrió nuevas formas de estrategias de intervención destinadas a mejorar bien el bien en las poblaciones juveniles.