Publicar un primer libro suele ser una aventura marcada por la incertidumbre y los riesgos personales. Pascale Montpetit, famosa actriz, inicia este experimento con ‘Le bézoard’, un texto que parece sorprender a todos, incluida ella misma. La obra toca temas delicados como el incesto, la bulimia y el cáncer, pero el tono que adopta Montpetit es sorprendentemente ligero, incluso inquietante.
El autor expresa su temor por la acogida de su libro. Ella dice: “Lo peor que me puede pasar es sentir pena, no quiero ser una víctima”. En lugar de anhelar simpatía, espera que los lectores disfruten de su trabajo. A medida que hojeas las páginas, los momentos de ligereza se combinan con revelaciones conmovedoras, que incluso hacen reír a los lectores varias veces al quedar impactados por la profundidad de las pruebas por las que ha pasado el autor.
Montpetit, admirada por sus papeles conmovedores, especialmente en la serie ‘Empathy’, confiesa que se pregunta si su libro habría recibido el mismo reconocimiento si lo hubiera escrito una mujer desconocida. Sin embargo, los elogios de Robert Lalonde, quien describió el libro como “ferozmente sincero y maravillosamente escrito”, es un testimonio del poder de su historia.
El título de su obra, “El Bezoar”, evoca un material indigerible escondido en el estómago, simbolizando quizás el dolor que tuvo que digerir. El libro forma parte de la Colección III de Quebec América, que fomenta historias personales en tres momentos clave de la vida de los autores. Después de escuchar al psicoanalista Bruno Clavier hablar sobre los efectos del incesto en el cuerpo, decidió escribir. Su propio viaje, marcado por experiencias de bulimia y cáncer de tiroides, le lleva a profundizar en su pasado: la garganta, como ‘escenario del crimen’, se convierte en el punto de partida de su historia.
Montpetit admite que su libro equilibra revelaciones sorprendentes y momentos de ligereza, porque el lector puede sentir esta dualidad a través de su pluma. Una frase que llama particularmente la atención resume el dolor de muchos niños silenciosos: “si hablo, estoy acabado, si no hablo, estoy acabado”.
La autora indica que su libro no pretende ser una especie de demanda. Teme la interpretación sensacionalista de sus palabras y enfatiza que su pensamiento proviene de una mezcla de su propia historia y las observaciones de Clavier. Sobre este tema, Montpetit revela que su padre, un psiquiatra que se suicidó, influyó durante mucho tiempo en su relación con la psiquiatría y en su confianza.
“Él jugaba en mi cabeza”, confiesa, recordando una infancia marcada por interacciones complejas. Su revelación de que su padre incluso le pidió que se casara con él cuando estaba enferma aumenta la tensión de su historia. La complejidad del amor que sentía por él, más fuerte que por su madre con quien estaba en conflicto, se entrelaza con el dolor y la confusión que experimentó.
Montpetit, que ahora tiene 65 años, se siente dispuesta a compartir su verdad y se permite hablar de sus experiencias con palabras sinceras y perspicaces. No quiere escribir como una historia autobiográfica, sino como una exploración de lo que ella llama su bezoar, un dolor que nunca supo que llevaba dentro de sí.
“El Bezoar” es el testimonio de una voz infantil que quiere expresarse auténticamente. El libro pretende ser una invitación a escuchar y reflexionar, tanto sobre el viaje personal como sobre la forma en que el pasado puede moldear nuestro presente.



