Con un profundo sentimiento de tristeza, la familia de Robin Smith ha anunciado su fallecimiento. Smith era ampliamente venerado como uno de los jugadores de críquet más carismáticos y populares de Inglaterra y era conocido por su coraje y estilo apuesto como bateador. Dejó una huella imborrable en el mundo del cricket cuando representó a Hampshire e Inglaterra, ganando legiones de admiradores y amigos a lo largo de su carrera.
Nacido en Sudáfrica en 1963, Smith se mudó a Inglaterra cuando era adolescente, siguiendo los pasos de su hermano mayor Chris, quien también forjó una exitosa carrera en el cricket. Se unió a Hampshire e hizo su debut en 1982. Después de un período de clasificación de cuatro años, Smith hizo su debut en la prueba contra las Indias Occidentales en Headingley en 1988, marcando el comienzo de un impresionante viaje internacional. Su debut en One Day International (ODI) se produjo más tarde ese verano contra Sri Lanka.
En 1989, Smith emergió como el máximo anotador de carreras de Inglaterra con un total de 553 carreras durante una desafiante serie de Ashes en casa contra Australia, donde el equipo sufrió una derrota por 4-0. Aunque la serie fue dura para Inglaterra, las actuaciones de Smith brillaron, especialmente en las condiciones inglesas. De sus nueve siglos de prueba, siete los obtuvo en casa, donde mantuvo un impresionante promedio de casi 50.
Smith fue un miembro clave del equipo de Inglaterra para la Copa Mundial de Cricket de 1992, aunque no participó en el partido final contra Pakistán, que terminó en derrota. El punto culminante de su carrera se produjo en 1993, cuando logró 167 carreras invictas con 163 balones contra Australia en Edgbaston. Esta puntuación fue la más alta para un jugador inglés en la historia de ODI hasta que fue superada por Alex Hales en 2016.
A pesar de su talento, Smith enfrentó desafíos, en particular la lucha contra los bolos giratorios y el impacto de una persistente lesión en el hombro, lo que eventualmente lo llevó a su retiro gradual del equipo de prueba en 1994. Aunque un año después recibió un breve llamado al cricket internacional, su carrera como jugador terminó a la edad de 32 años, dejando atrás un legado marcado por un talento notable y una personalidad vibrante que resonó profundamente entre los fanáticos y compañeros de cricket por igual.



