Micah Parsons se ha establecido firmemente como uno de los corredores de pase de élite de la NFL desde que se unió a los Dallas Cowboys. Reconocido por su inquietante presencia en el campo, Parsons ha recibido constantemente los votos del jugador defensivo del año, lo que subraya su importante impacto en el juego. En los últimos cuatro años, las estadísticas muestran que los Cowboys tienen la principal defensa de la competencia cuando Parsons está en el campo, pero su desempeño reduce drásticamente su ausencia y clasifica como uno de los peores.
Sin embargo, las perspectivas de que Parsons continúa con los Cowboys se han vuelto cada vez más inseguros. Se ha esforzado por una extensión de contrato sin éxito durante más de un año, lo que lleva a una creciente frustración. La oficina principal del equipo tiene la reputación de posponer las negociaciones, a menudo esperando el último minuto para asegurar acuerdos con sus jugadores estrella. Este patrón parece repetirse con Parsons, cuya paciencia alcanzó su punto de ruptura después de una reciente solicitud de profesión.
La idea de los Cowboys que se despiden de su corredor Star Edge levanta las cejas. Está en contradicción con el sentimiento prevaleciente de que Parsons es invaluable para el equipo. Sin embargo, la especulación sobre su futuro es alimentada por varios factores. Históricamente, la oficina principal de Cowboys ha mostrado precaución cuando se trata de extensiones de contrato. El propietario de Tey, Jerry Jones, tiene ofertas públicas anteriores en segundo lugar, lo que sugiere que ingresar contratos no siempre es sabio.
Sin embargo, está claro que los Cowboys tienen un enfoque estratégico para administrar los contratos de los jugadores y prefieren esperar a que los jugadores prueben más, al tiempo que aumentan sus costos para futuras extensiones. Sin embargo, esta precaución a veces ha fallado en contraproducente, como se puede ver en disputas contractuales anteriores que resultó en un retroceso.
Internamente, hay indicios de diferentes opiniones con respecto a Parsons, como resultado de qué preguntas se hacen sobre el apoyo total de la organización como una inversión a largo plazo. Dichas preocupaciones pueden reflejar una posible estrategia de cobertura para evitar que la exceso de comisión de un jugador que puede no proporcionar expectativas.
Si los Parsons no están firmados, los Cowboys deben ahorrar alrededor de $ 42 millones contra su límite salarial anualmente. Esta flexibilidad financiera les permitiría concentrarse en expandir los contratos para otros jugadores importantes o asignar recursos para abordar los próximos agentes libres. Las acciones de Parsons también pueden producir una eficiencia considerable, como dos caminatas de primera ronda, que posiblemente dentro de los diez principales países. Esta ingesta de capital de diseño ofrecería a los Cowboys oportunidades suficientes para reconstruir o fortalecer su selección, en particular en la línea de defensa, donde ya han invertido en diseños recientes en talentos más jóvenes.
Aunque los fanáticos pueden encontrar la posibilidad de decir adiós a un jugador del calibre de Parsons poco atractivo, está claro que los Cowboys tienen consideraciones complejas en el juego mientras navegan por el futuro. Si persiste el miedo al valor a largo plazo de Parsons, la oficina principal puede tener que sopesar los beneficios potenciales contra los riesgos para mantener un jugador de este alto perfil. En las próximas semanas será crucial, porque tanto Parsons como los Cowboys enfrentan un momento crucial en su relación.