En una medida legislativa destinada a abordar las preocupaciones sobre las prácticas de vigilancia federal, se introdujo una nueva disposición en un paquete legislativo que daría a los senadores estadounidenses la capacidad de presentar una demanda si sus datos son confiscados o citados por agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley sin previo aviso. Si se introduce, esta medida permitiría a los senadores reclamar 500.000 dólares en daños y perjuicios por cada infracción.
Este desarrollo parece haber sido impulsado por las acciones tomadas durante la investigación dirigida por el fiscal especial Jack Smith sobre la participación del expresidente Trump en los acontecimientos relacionados con las elecciones de 2020. En octubre, los republicanos del Senado hicieron público un documento del FBI que mostraba que los investigadores habían obtenido registros telefónicos de ocho senadores y un congresista, centrándose en conversaciones telefónicas en la época del ataque al Capitolio del 6 de enero. Estos datos se obtuvieron mediante una citación emitida en 2023.
Según la legislación propuesta, los proveedores de servicios tendrían el mandato de notificar a las oficinas del Senado y al sargento de armas del Senado cuando las agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley presenten una solicitud de registros de los senadores. Además, el proyecto de ley establece que los tribunales no pueden retrasar la notificación a menos que el senador en cuestión sea objeto de una investigación penal.
El lenguaje del proyecto de ley otorga a los senadores la autoridad para presentar demandas civiles contra los Estados Unidos en cualquier caso en el que sus registros sean obtenidos, citados o accedidos de otro modo en violación de las reglas de notificación propuestas. En particular, señala que cualquier senador cuyos datos hayan sido tratados indebidamente puede solicitar una indemnización económica por daños y perjuicios.
Una adición importante es que el proyecto de ley prohíbe al gobierno hacer valer diversas formas de inmunidad para refutar estas afirmaciones. Los senadores pueden emprender acciones legales dentro de los cinco años posteriores a tener conocimiento de una infracción, y el proyecto de ley también cubrirá los incidentes que ocurran después de enero de 2022. Dado que el FBI revisó los registros telefónicos de los senadores en 2023, esto implica que los afectados podrían potencialmente usar la legislación para presentar demandas contra el gobierno.
Con este paquete legislativo, los senadores buscan proteger sus comunicaciones de la vigilancia federal injustificada, al mismo tiempo que responsabilizan a las agencias federales por cualquier violación de la privacidad que ocurra bajo su supervisión.



