Durante la reciente reunión general de las Naciones Unidas, los líderes mundiales expresaron su opinión sobre la presidencia de Donald Trump, en particular las importantes implicaciones tanto para los Estados Unidos como para el panorama mundial más amplio. Durante varios discursos, muchos líderes se refirieron a la política de Trump, que reflejan una amplia gama de perspectivas que varían de elogios a las fuertes críticas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ilustró con humor los desafíos de las medidas de seguridad de Trump y contó una llamada telefónica en la que expresó su frustración por retrasarse debido al cierre de la carretera causada por la caravana de Trump. Esta anécdota sirvió como un punto de acceso aireado en las complejas opiniones del líder estadounidense.
El primer ministro chino, Li Qiang, utilizó su discurso para comentar sobre las luchas económicas mundiales actuales, por lo que se atribuyeron a las «medidas unilaterales y de protección», incluidas las tasas y las barreras comerciales, defienden un enfoque más cooperación entre los países para promover la globalización económica y el éxito mutuo.
Por el contrario, el presidente argentino Javier Milei enfatizó la política de Trump sobre la inmigración y el comercio internacional como crucial, y afirmó que el líder estadounidense reconoce las consecuencias globales de los desafíos estadounidenses. Elogió los esfuerzos de Trump como una respuesta necesaria para evitar un posible desastre para Estados Unidos y el mundo.
Costerado como contraste, el presidente boliviano, Luis Arce, criticó al gobierno de Trump por su ambición de restaurar nuestro poder hegemónico a expensas de los sistemas globales, alegando que tales acciones dan prioridad a los intereses imperiales estadounidenses sobre las relaciones globales justas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zenskyy, expresó optimismo después de una reunión con Trump, lo que indica que la cooperación podría conducir a cambios importantes en la dinámica internacional. Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, señaló un enfoque pragmático en el gobierno de Trump para resolver conflictos, lo que indica el potencial de participación constructiva.
El ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, ha expresado su preocupación por la justicia climática y ha preguntado la dedicación de los líderes por la acción climática a la luz de los debates políticos actuales.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, enfatizó el papel crucial de Trump en el proceso de paz entre Armenia y Azerbaiyán, mientras que los funcionarios camboyanos han acreditado a Trump por mediar un frágil incendio con Tailandia.
El presidente esloveno, Nataša Pirc Musar, se quejó de importancia crucial sobre la retirada de los estados de importantes similitudes internacionales, que socava los marcos multilaterales diseñados para un beneficio colectivo. Del mismo modo, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia de De Wit, advirtió a Maxim Ryzhenkov por el apoyo decreciente de los Estados Unidos para las Naciones Unidas, que enfatizó las posibles consecuencias para la administración global.
El presidente positivo y congoleño Felix Tshisekedi y los funcionarios haitianos agradecieron a Trump por sus iniciativas de liderazgo en paz y apoyo contra los desafíos locales.
En una crítica más pronunciada, el presidente colombiano, Gustavo Petro, condenó las acciones militares estadounidenses en el Caribe, de modo que enmarcan como desproporcionados y dañinos y llamaron al más alto nivel.
Funcionarios de Corea del Sur expresaron el deseo de que Trump asumiera un papel de pacificadores sobre Corea del Norte, lo que indica los intereses estratégicos en involucrar a la nación aislada.
El discurso sobre Trump en la reunión general de la ONU mostró un espectro de perspectivas internacionales, que subrayaron las consecuencias versátiles por su estilo de liderazgo y política sobre asuntos globales. Los diversos sentimientos revelan un complejo paisaje diplomático, caracterizado por la gratitud y la crítica, que refleja la profunda influencia del presidente en las relaciones internacionales.