Los investigadores identifican vínculos genéticos con el consumo de cannabis y posibles estrategias de tratamiento


Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, en colaboración con la empresa de pruebas genéticas 23andMe, han identificado con éxito regiones específicas del genoma humano asociadas con el consumo de cannabis. Sus hallazgos, publicados en Psiquiatría moleculararrojar luz sobre las conexiones genéticas con una variedad de condiciones de salud, incluidos problemas de salud psiquiátricos, cognitivos y físicos, allanando potencialmente el camino para nuevas estrategias de prevención y tratamiento de los trastornos por consumo de cannabis.

La Dra. Sandra Sánchez-Roige, profesora asociada de psiquiatría y autora principal del estudio, destacó el alcance del consumo de cannabis, pero también señaló la incertidumbre que rodea sus efectos a largo plazo sobre la salud. El equipo de investigación quería investigar cómo las predisposiciones genéticas están relacionadas con diferentes rasgos que pueden conducir a trastornos por consumo de cannabis, una condición que altera significativamente la vida diaria de algunas personas.

El Dr. Sánchez-Roige señaló que si bien la mayoría de las personas que experimentan con cannabis no desarrollan ningún trastorno, los estudios muestran que casi el 30% puede enfrentar este desafío. «Comprender la genética del comportamiento desde el principio puede ayudar a aclarar quién corre mayor riesgo, abriendo la puerta a estrategias de prevención e intervención», añadió.

Para investigar estos vínculos, los investigadores realizaron un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) utilizando datos genéticos de 131.895 participantes de 23andMe. Cada participante proporcionó información sobre su consumo de cannabis, incluida la frecuencia y el consumo a lo largo de la vida.

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El Dr. Abraham A. Palmer, coautor y profesor de la UC San Diego, destacó la conocida influencia de los factores genéticos en la experimentación con drogas y el riesgo de adicción. Describió cómo GWAS puede iluminar los sistemas moleculares que vinculan el consumo de cannabis con la función cerebral y los resultados del comportamiento.

El estudio descubrió dos genes particularmente asociados con el consumo de cannabis a lo largo de la vida: la Molécula de Adhesión Celular 2 (CADM2) y el Receptor Metabotrópico de Glutamato 3 (GRM3). CADM2 es crucial para las conexiones sinápticas y la comunicación en el cerebro, e investigaciones anteriores lo han relacionado con rasgos como la impulsividad y la obesidad. GRM3, por otro lado, influye en la comunicación neuronal y la adaptación cerebral, con conexiones establecidas con trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

El Dr. Sánchez-Roige señaló que los hallazgos indican que la genética del consumo de cannabis se extiende más allá de los simples patrones de consumo, entrelazados con características psiquiátricas o cognitivas más amplias y posibles problemas de salud física. Un análisis adicional identificó 40 genes asociados con el consumo de cannabis a lo largo de la vida y cuatro con la frecuencia del consumo, y 29 de estos genes se reconocieron recientemente en el contexto de rasgos relacionados con el cannabis.

Los investigadores también examinaron las correlaciones entre la predisposición genética y diversos problemas de salud. Utilizando dos conjuntos de datos clave del Programa de Investigación All of Us de los Institutos Nacionales de Salud y el biobanco del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, descubrieron que la longevidad y la frecuencia del consumo de cannabis estaban genéticamente relacionadas con más de 100 rasgos, incluidas afecciones psiquiátricas como el TDAH y la ansiedad, rasgos cognitivos y problemas de salud física, como diabetes y dolor crónico. Además, también se observó un mayor riesgo de consumo de tabaco y de enfermedades infecciosas y autoinmunes.

La investigación marca uno de los primeros estudios de asociación de todo el genoma que examina los comportamientos que ocurren antes del desarrollo de los trastornos por consumo de cannabis. La primera autora, la Dra. Hayley Thorpe, enfatizó la importancia de comprender el consumo de cannabis de forma continua, lo que permitirá a los investigadores rastrear el desarrollo de riesgos genéticos que conducen a condiciones potenciales.

A pesar de la falta de medicamentos aprobados por la FDA para los trastornos por consumo de cannabis, los hallazgos de este estudio pueden proporcionar una base para identificar futuros objetivos terapéuticos y estrategias preventivas. La investigación fue apoyada por subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud y el Programa de Investigación de Enfermedades Relacionadas con el Tabaco, entre otros. Los participantes dieron su consentimiento informado como parte de un protocolo aprobado por una junta de revisión institucional acreditada.



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