Estudios recientes han revelado actividad sísmica inesperada en regiones donde, según la teoría geológica, los terremotos no deberían ocurrir. Áreas como Utah en Estados Unidos, Soultz-sous-Forêts en Francia y Groningen en Holanda han desconcertado a los científicos porque se cree que las capas superiores de la corteza terrestre fortalecen las fallas cuando comienzan a moverse, lo que hace que los terremotos sean improbables. Sin embargo, en estas zonas siguen produciéndose temblores, lo que llevó a los investigadores de la Universidad de Utrecht a investigar las causas subyacentes.
Su investigación, publicada en comunicación de la naturalezaDestaca un fenómeno crucial: las fallas que permanecen inactivas durante millones de años pueden acumular tensión gradualmente con el tiempo. Esta presión puede eventualmente liberarse en un solo evento sísmico. Este avance es importante para identificar regiones más seguras para iniciativas como la extracción de energía geotérmica y el almacenamiento subterráneo de energía.
La Dra. Ylona van Dinther, investigadora principal del estudio, dijo: «Las fallas se pueden encontrar casi en cualquier lugar. Las fracturas en el subsuelo poco profundo suelen ser estables, por lo que no esperamos que se produzcan movimientos de choque a lo largo de ellas». Sin embargo, la actividad sísmica se registra en los primeros kilómetros de la superficie terrestre, la zona que normalmente se considera más estable. Muchos de estos terremotos poco profundos están relacionados con actividades antropogénicas como la perforación, la extracción o la inyección de fluidos.
La investigación plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué las fallas que normalmente se fortalecen a veces se debilitan y se deslizan, lo que resulta en un terremoto? La investigación indica que muchos temblores provocados por el hombre surgen de fallas antiguas e inactivas que han estado estancadas durante largos períodos. A pesar de esta inactividad, las superficies donde se unen las rocas se «curan» gradualmente, volviéndose más fuertes con el tiempo y creando una resistencia adicional al movimiento. Cuando esa resistencia finalmente se supera, puede provocar una ruptura repentina a lo largo de la línea de falla, provocando un terremoto incluso en áreas consideradas geológicamente estables.
Un aspecto crucial de estos hallazgos es que estos terremotos a menudo se manifiestan como eventos únicos. Una vez que la tensión disminuye, la falla generalmente se estabiliza en un nuevo estado. El Dr. Van Dinther explica: «Una vez que se libera la tensión acumulada, la falla se asienta en un estado nuevo y más estable. Como resultado, ya no hay actividad sísmica en ese lugar». Las implicaciones son notables: el riesgo sísmico general disminuye con el tiempo a medida que disminuye la magnitud máxima esperada de posibles terremotos después de un evento de este tipo.
Dado que estos terremotos ocurren a poca profundidad (normalmente a sólo unos pocos kilómetros por debajo de la superficie), existe un mayor potencial de que se produzcan movimientos del suelo perceptibles y dañinos. Esto es especialmente preocupante porque las comunidades en estas áreas a menudo no cuentan con datos a largo plazo sobre la actividad sísmica y pueden no estar preparadas para tales eventos. Las estructuras e infraestructura en estas regiones generalmente no están diseñadas para resistir terremotos, lo que podría tener consecuencias más graves si ocurren.
La investigación subraya la importancia de comprender el comportamiento erróneo, incluido cómo se soluciona y qué causa que el comportamiento se acelere o ralentice. Estos conocimientos son esenciales para gestionar los riesgos sísmicos asociados con actividades subterráneas sostenibles, como la energía geotérmica y el almacenamiento de carbono. Utilizando nuevos modelos informáticos, el equipo de la Universidad de Utrecht está trabajando para perfeccionar las predicciones sobre estos riesgos puntuales de terremotos y mejorar la comunicación sobre los peligros potenciales para la estabilidad geológica en áreas aparentemente seguras.



