Los funcionarios federales rechazaron una oferta de Navajo Transitional Energy Company (NTEC) para adquirir 167 millones de toneladas de carbón de tierras públicas en Montana, una transacción que habría marcado la mayor venta de carbón por parte del gobierno de Estados Unidos en más de una década. La oferta, que era de 186.000 dólares, se consideró inadecuada porque estaba por debajo del umbral del valor justo de mercado impuesto por la Ley de Arrendamiento de Minerales.
El rechazo de esta venta refleja la continua disminución de la demanda de carbón por parte de las empresas de servicios públicos, que favorecen cada vez más el gas natural más barato y las fuentes de energía renovables como la energía eólica y solar. Esta transición es especialmente notable en el contexto del cambio climático, donde se reconoce que las emisiones de carbón son un factor importante que contribuye al aumento del nivel del mar y a fenómenos meteorológicos más intensos.
A pesar de los esfuerzos de la administración anterior por reactivar la industria del carbón (un principio central de la estrategia energética del expresidente Donald Trump), los economistas siguen siendo escépticos sobre revertir el declive a largo plazo del sector del carbón. Bajo la administración Biden, se han tomado iniciativas para reducir las ventas de carbón en regiones como la cuenca del río Powder, lo que destaca el enfoque de la administración en la lucha contra el cambio climático.
El comunicado del Ministerio del Interior no dio más detalles sobre si habría otro intento de bloquear las ventas de carbón o si se reevaluaría el proceso. Históricamente, en la venta de arrendamiento exitosa más reciente, una subsidiaria de Peabody Energy adquirió 721 millones de toneladas de carbón por 793 millones de dólares, lo que equivale aproximadamente a 1,10 dólares por tonelada.
NTEC es propiedad de la Nación Navajo, que incluye áreas en Arizona, Nuevo México y Utah. En documentos previos a la venta de Montana, NTEC indicó que el valor del carbón en cuestión había disminuido debido a la reducción de la demanda de combustibles fósiles. Esta situación se complica aún más por las predicciones que indican que se espera que las centrales eléctricas conectadas a la mina Spring Creek de NTEC en Montana y a la mina Antelope en Wyoming dejen de utilizar carbón en la próxima década.
Aunque NTEC también exporta carbón a mercados de Asia, ampliar estos envíos podría mitigar la caída de las ventas internas. Sin embargo, los desafíos logísticos, particularmente en la capacidad portuaria, han obstaculizado los esfuerzos anteriores para aumentar las exportaciones de carbón. A medida que el panorama de la producción de energía continúa evolucionando, el futuro del carbón sigue siendo incierto en medio de la dinámica cambiante del mercado y las preocupaciones ambientales.