Las elecciones generales de 2024 marcaron un momento crucial en la política británica, ya que los votantes abandonaron cada vez más los bastiones tradicionales de los laboristas y los conservadores. Este cambio resultó en un número récord de escaños ganados por trece partidos diferentes y seis candidatos independientes en la Cámara de los Comunes, creando el panorama parlamentario más fragmentado en la historia británica.
La tendencia a la disminución del apoyo a los principales partidos convencionales continuó manifestándose en las recientes elecciones parciales de Caerphilly, donde tanto los votos laboristas como los conservadores cayeron en picado. Si bien el panorama electoral parece cada vez más receptivo a la política multipartidista, la dinámica dentro de Westminster se ha mantenido prácticamente sin cambios, promoviendo que los partidos dominantes sigan como siempre.
Una investigación reciente realizada por la Dra. Louise Thompson de la Universidad de Manchester destaca los importantes desafíos que enfrentan los partidos políticos más pequeños dentro de la Cámara de los Comunes. Sus conclusiones, publicadas en The Political Quarterly, indican que las reglas parlamentarias obsoletas marginan efectivamente a estos partidos, dejando en gran medida sin escuchar las voces de millones de votantes. “El Parlamento todavía funciona como si fuera la década de 1950, cuando dominaban dos partidos importantes”, dice Thompson. Subraya que, si bien los partidos más pequeños están ganando mayor representación, las reglas del procedimiento parlamentario todavía están sesgadas a favor del gobierno, la oposición oficial y el tercer partido más grande.
Actualmente, sólo estos tres grupos disfrutan de oportunidades garantizadas de hablar, liderazgo en comités y mecanismos para exigir responsabilidades al gobierno. En cambio, partidos más pequeños como los Verdes, Reform UK, Plaid Cymru y el Partido Unionista Democrático (DUP) carecen de esos derechos, lo que genera importantes desigualdades en la forma en que se desarrollan los debates parlamentarios. Esta restricción a menudo obliga a los parlamentarios de partidos más pequeños a pasar largas horas en la Cámara esperando una oportunidad de ser escuchados, mientras que muchos nunca tienen esa oportunidad, a pesar de representar a importantes electores o cuestiones nacionales.
Las implicaciones de esta exclusión se extienden más allá del mero simbolismo. Sin representación en comités selectos, los partidos más pequeños luchan por examinar adecuadamente la nueva legislación. Además, la falta de debates garantizados significa que no pueden abordar cuestiones críticas relevantes para sus electores. El Dr. Thompson señala acertadamente: “Todos los parlamentarios son elegidos por igual, pero dentro de Westminster algunos son decididamente más iguales que otros”.
Actualmente, los partidos más pequeños recurren a acuerdos informales para hacer oír su voz en el Parlamento, a menudo confiando en la discreción del presidente para reservar tiempo para sus preguntas. Si bien hay casos raros en los que los partidos más grandes permiten que los partidos más pequeños compartan sus comités o el tiempo de debate, estos acuerdos carecen de coherencia y dependen de relaciones personales con actores más grandes, lo que fomenta un sistema que es inherentemente injusto.
Para abordar estas preocupaciones, el Dr. Thompson pide reformas integrales para modernizar las reglas de la Cámara de los Comunes. Propone formalizar los derechos de los partidos más pequeños dentro del Reglamento de la Cámara de los Comunes, para garantizar que tengan derechos de expresión justos, representación en los comités y acceso a los debates. Además, propone adoptar prácticas de parlamentos descentralizados, como establecer umbrales mínimos para los derechos de los partidos y fortalecer las oportunidades de cooperación para que los parlamentarios de partidos más pequeños contribuyan con su experiencia en el comité.
Estas reformas propuestas no pretenden reformar completamente el sistema existente, sino crear un marco más transparente, consistente y justo para todos los parlamentarios, independientemente de su afiliación partidista. El Dr. Thompson destaca la urgente necesidad de reforma y afirma: «La política multipartidista llegó para quedarse. Con más de cien parlamentarios ahora fuera de la estructura bipartidista tradicional, la necesidad de reforma nunca ha sido mayor. Si no se moderniza el Parlamento, se corre el riesgo de silenciar las voces de millones de votantes y socavar la confianza en la democracia».
La transformación en curso dentro de la política británica exige una reevaluación de las reglas operativas de Westminster para reflejar mejor el panorama político diversificado y garantizar que todos los votantes tengan voz en el proceso legislativo.



