Durante el fin de semana, surgieron inquietantes acusaciones en Chicago sobre agentes federales que aparentemente ignoraban fallos judiciales recientes sobre prácticas de control de multitudes y posiblemente participaban en arrestos ilegales. En un incidente captado en vídeo, agentes de inmigración en Albany Park supuestamente utilizaron gases lacrimógenos contra el público sin dar ninguna advertencia audible, en violación de una orden judicial emitida la semana pasada.
La situación ha generado grandes preocupaciones, especialmente cuando aparecieron imágenes que mostraban a funcionarios de inmigración afuera de una iglesia en Rogers Park durante una misa en español. Ahora surgen preguntas sobre si los agentes obtuvieron órdenes de arresto para individuos específicos o si estaban operando sin ninguna orden, lo que requeriría una mayor causa probable y una evaluación del riesgo de fuga de un inmigrante.
Mark Fleming, abogado del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, expresó alarma por la creciente tendencia de agentes federales a detener y detener indiscriminadamente a personas sin las órdenes de arresto necesarias o sin causa probable dictadas por la ley federal de inmigración.
En un asunto separado pero relacionado, las instalaciones de ICE de Broadview todavía estaban rodeadas por una valla que restringía el acceso público, a pesar del fallo de un juez que exigía su retirada el martes por la noche. Esto ha llevado a seguir investigando las consecuencias de no cumplir con este plazo.
El ex fiscal federal Ron Safer expresó serias preocupaciones sobre la situación actual y advirtió que el gobierno está al borde del caos. Sostuvo que si el ejecutivo decide ignorar las decisiones judiciales, socava las normas básicas de gobernanza. “Los jueces pueden decidir según la ley”, explicó Safer, pero carecen de los medios para hacer cumplir sus órdenes contra funcionarios de alto rango. En situaciones típicas, los jueces pueden recurrir a órdenes de desacato, que resultan en multas o sentencias de prisión para los infractores, pero hacer cumplir tales acciones contra funcionarios del gabinete plantea un desafío único.
El dilema parece surgir de una ruptura en el tejido constitucional, donde la expectativa es que el poder ejecutivo respete las decisiones judiciales, una expectativa que, según Safer, se está volviendo cada vez más débil. Sugiere que se han ignorado las normas que rigen el comportamiento del gobierno, lo que ha llevado a crisis crecientes no sólo en las calles sino en Washington y más allá.
A la luz de estos acontecimientos, el I-Team ha solicitado comentarios del Departamento de Seguridad Nacional sobre los incidentes en Albany Park, pero hasta el momento no ha recibido respuesta. A medida que aumenta el escrutinio público, las implicaciones de estos eventos pueden resonar en toda la comunidad y en el panorama legal más amplio.