El presidente Donald Trump está intensificando sus esfuerzos para asegurar un plan de paz destinado a poner fin al conflicto de casi cuatro años en Ucrania, una medida que se alinea con su deseo de reparar los lazos con Moscú. Las negociaciones recientes, que tuvieron lugar en varios lugares, incluidos Florida, Ginebra y Abu Dhabi, brindaron un rayo de esperanza para un alto el fuego. Sin embargo, la situación sigue siendo fluida y compleja.
El martes, Trump compartió actualizaciones con sus seguidores en Truth Social, revelando que renunciaría a involucrarse personalmente en las negociaciones en curso. Afirmó que confiaría en sus asesores para los próximos pasos, indicando que sólo tomaría medidas directas si un acuerdo se completa o está a punto de completarse. El cambio generó dudas sobre el cronograma de futuras conversaciones con el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, con quienes Trump espera reunirse una vez que los términos sean más concretos.
Anteriormente, Trump señaló “progresos importantes” en las discusiones, mientras que el asesor de seguridad nacional ucraniano, Rustem Umerov, confirmó que se había alcanzado “un entendimiento común sobre los términos centrales de un acuerdo” con funcionarios estadounidenses y europeos. A pesar del panorama optimista, los funcionarios estadounidenses y ucranianos se mantienen cautelosos, y Trump advierte a sus seguidores que se mantengan escépticos sobre el posible resultado.
En negociaciones recientes, un plan inicial de 28 puntos, que muchos críticos consideraron favorable a los intereses rusos, se convirtió en un marco más equilibrado de 19 puntos que aborda las preocupaciones de Ucrania. Cuestiones polémicas clave –las concesiones territoriales, el tamaño futuro del ejército ucraniano y la relación de la OTAN con Ucrania– aún deben resolverse directamente entre Trump y Zelensky.
La perspectiva de otro encuentro cara a cara entre Trump y Zelenskyy es incierta. Según se informa, algunos asesores del presidente ucraniano le han sugerido que no viaje a Washington debido al temperamento impredecible de Trump. Los expertos han subrayado los riesgos; La naturaleza de su conversación podría depender del estado de ánimo y el enfoque de Trump ese día, lo que sugiere que podría llevar las negociaciones en direcciones impredecibles.
Este año, Trump ha vacilado en su posición sobre el conflicto de Ucrania; una vez indicó su deseo de distanciarse, afirmando que deseaba lo mejor a ambas naciones mientras las dejaba luchar. Aun así, después de acordar un alto el fuego en Gaza, ha renovado su presión para lograr una solución en Ucrania y le ha dicho a su principal negociador, Steve Witkoff, que acelere un acuerdo antes del Día de Acción de Gracias.
Las propuestas del plan original, consideradas por algunos como fuertemente influenciadas por Moscú, generaron críticas dentro de Estados Unidos, incluso de líderes republicanos como el senador Mitch McConnell, quien advirtió contra presionar a Ucrania y apaciguar a los agresores. Sin embargo, las últimas conversaciones han conducido a mejoras significativas destinadas a abordar las prioridades de Ucrania.
A pesar de los avances, los expertos advierten que la posición estratégica de Ucrania se ha debilitado, con informes de dificultades militares y desafíos internos, incluido un escándalo de corrupción en torno a Zelenskyy. Los analistas sugieren que el gobierno estadounidense puede creer que Ucrania tendrá una influencia limitada en el futuro.
En última instancia, persiste una importante área de incertidumbre sobre cómo se manejarán las concesiones territoriales si Trump y Zelenskyy finalmente se reúnen. El objetivo de Ucrania es respaldar una iniciativa de paz encabezada por Estados Unidos y al mismo tiempo evitar decididamente cualquier acuerdo que pueda interpretarse como una capitulación, a pesar de la urgente necesidad de una solución.



