Cientos se reunieron en la Ciudad de México el viernes para protestar contra la gentrificación y el turismo de masas, especialmente en vecindarios como Condesa y Roma que se han vuelto populares entre los visitantes extranjeros. La manifestación comenzó pacíficamente, pero cuando un pequeño grupo de individuos enmascarados intensificó los frentes de las tiendas y comenzó a destruir y enfrentar a los turistas.
Los demostradores utilizaron señales que expresaron sus quejas, incluidos los lemas como «Gringos, dejar de robar nuestra casa» y demanda de regulaciones más estrictas para el turismo y la vivienda. La atmósfera se puso tensa cuando los manifestantes llegaron a las ventanas de las compañías de lujo y dejaron graffiti con mensajes como «obtener de México».
Se han construido tensiones en la ciudad desde la llegada de «nómadas digitales» estadounidenses en 2020, que recurrieron a las limitaciones de la pandemia en los Estados Unidos y fueron atraídos por los costos más bajos de vida. Sin embargo, esta ingesta ha contribuido al recinto de los precios de alquiler, por lo que muchos locales son expulsados de sus propios vecindarios.
Michelle Castro, una estudiante del área de clase que trabaja en el centro de la Ciudad de México, expresó su insatisfacción durante la protesta. Ella notó la transformación de su ciudad y atribuyó el aumento de los precios de alquiler a la creciente demanda de alquiler a corto plazo, como Airbnb. «Los alquileres son tan altos que algunas personas ya no pueden pagar», dijo. Castro enfatizó que el problema no está enraizado en la xenofobia, sino más bien en la presión abrumadora en los hogares locales como resultado de una ingesta de extranjeros.
Mientras los manifestantes marcharon a la embajada estadounidense, los fortalezas policiales se desplegaron en respuesta a la situación creciente. Las sirenas resonaron en la ciudad a medida que la protesta progresó y marcó un marcado contraste con el anterior Marte pacífico, que tenía como objetivo llamar la atención sobre los desafíos del turismo abrumador.
La protesta en la Ciudad de México refleja manifestaciones similares en ciudades europeas como Barcelona, Madrid, París y Roma, donde los lugareños también han expresado su preocupación por el impacto del turismo de masas en sus comunidades.