La preocupación está creciendo entre los defensores de los refugiados tras un incidente violento en el que un afgano disparó contra dos soldados de la Guardia Nacional en Washington, DC. Las acciones de Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, han generado un temor generalizado entre las comunidades afganas en Estados Unidos a un aumento de los prejuicios y una posible reacción violenta.
Shawn VanDiver, presidente de la organización #AfghanEvac, con sede en California, que ayuda a los afganos que apoyaron los esfuerzos de Estados Unidos durante dos décadas de guerra, compartió sus ideas sobre el creciente miedo dentro de estas comunidades. “La gente está aterrorizada”, dijo. “Es una locura. Tienen miedo de salir de sus casas por miedo a una posible detención por parte de funcionarios de inmigración o a ataques verbales alimentados por la xenofobia”. Hizo hincapié en que las acciones de Lakanwal no reflejan a la comunidad afgana en general y afirmó: “Él no representa a todos los afganos. Se representa a sí mismo”.
Los informes indican que Lakanwal condujo desde su casa en Bellingham, Washington, hasta la capital del país, donde estuvo involucrado en el tiroteo que mató a la especialista Sarah Beckstrom, de 20 años, y al sargento. Andrew Wolfe, 24 años. Ambos soldados permanecen hospitalizados mientras las autoridades continúan investigando el incidente.
Los antecedentes de Lakanwal complican aún más la situación; sirvió en una unidad del ejército afgano respaldada por la CIA antes de emigrar a los Estados Unidos. Solicitó asilo durante la administración Biden y fue aprobado a principios de este año después de un riguroso proceso de investigación.
A raíz del tiroteo, el expresidente Donald Trump anunció que su administración revisaría los procedimientos de asilo para quienes ingresaron a Estados Unidos durante la presidencia de Biden. La medida ha generado más preocupación entre las organizaciones de refugiados, que temen que pueda crear un estigma colectivo, obligando a muchos afganos inocentes a soportar el peso de las acciones de Lakanwal.
El embajador Ashraf Haidari, fundador y presidente de Displaced International, enfatizó la importancia de una investigación exhaustiva y advirtió contra generalizaciones que podrían dañar a comunidades enteras. “No se puede permitir que las supuestas acciones de un individuo definan, agobien o pongan en peligro a comunidades enteras que no desempeñaron ningún papel en esta tragedia”, dijo.
Matthew Soerens, vicepresidente de World Relief, se hizo eco de estos sentimientos y pidió justicia para las víctimas, al tiempo que instó al público a distinguir entre las acciones de un individuo y las de la comunidad afgana en general. “Independientemente de la nacionalidad, religión o estatus legal específico del presunto perpetrador, debemos reconocer estos actos malvados como los de una sola persona y no juzgar injustamente a otros que comparten las mismas características”.
La atmósfera en las comunidades afganas en Estados Unidos sigue siendo tensa mientras navegan por estas circunstancias, temiendo que las consecuencias de este incidente puedan marginarlas aún más en una sociedad que ya lucha contra problemas de xenofobia e intolerancia.



