En un emocionante partido el fin de semana pasado, los Buffalo Bills mejoraron su récord de la temporada a 6-2 con una reñida victoria 28-21 sobre los Kansas City Chiefs, liderados por el mariscal de campo estrella Patrick Mahomes. Josh Allen mostró una precisión notable durante todo el juego, completando 23 de 26 pases para un total de 273 yardas y contribuyendo con un touchdown por aire. Además, demostró su versatilidad corriendo para 19 yardas y dos touchdowns por tierra.
El corredor James Cook jugó un papel crucial en el desempeño del equipo, justificando aún más la decisión de los Bills de firmarlo con un contrato de cuatro años por valor de 48 millones de dólares antes de la temporada. Cook acumuló 114 yardas terrestres y mantuvo su estatus como fuerza dominante en la liga con un promedio de 108 yardas terrestres por juego. También amplió sus contribuciones con una recepción para 11 yardas, demostrando su capacidad de doble amenaza.
A pesar del éxito del equipo en el campo, aumentan las preocupaciones sobre la salud de Cook. El entrenador en jefe Sean McDermott reveló que Cook no practicó el miércoles 5 de noviembre debido a una lesión sufrida en el partido contra los Chiefs. Según la periodista Alaina Getzenberg, la parte inferior del cuerpo de Cook quedó vendada durante el partido y está experimentando dolor en los días posteriores a la victoria.
Actualmente, Cook es segundo en la NFL en yardas terrestres, con un total de 867 yardas, a sólo 28 yardas de Jonathan Taylor de los Indianapolis Colts, a pesar de haber jugado un partido menos que su rival. Si Cook no puede participar en el próximo partido contra los Miami Dolphins, los Bills podrían recurrir a los corredores suplentes Ty Johnson y Ray Davis, quienes se espera que asuman un papel más importante en la ofensiva.
