Un innovador ensayo clínico realizado en España ha revelado importantes hallazgos sobre la prevención de la diabetes tipo 2. El estudio PREDIMED-Plus, liderado por la Universidad de Navarra en colaboración con más de 200 investigadores de 22 universidades e instituciones sanitarias, indica que adoptar una dieta mediterránea con un aporte reducido de calorías, sumado a una actividad física moderada y orientación profesional, puede reducir en un 31% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Lanzado en 2013, PREDIMED-Plus está reconocido como el mayor ensayo nutricional jamás realizado en Europa y ha recibido más de 2 millones de euros de financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC). Desde entonces, el apoyo ha aumentado espectacularmente, con una financiación total que supera los 15 millones de euros de diversas organizaciones, entre ellas el Instituto de Salud Carlos III y el Centro de Investigación Biomédica en Red.
El estudio observó a un grupo diverso de 4.746 adultos, entre 55 y 75 años, que tenían sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico pero sin enfermedad cardiovascular o diabetes previa. Durante seis años, los participantes se dividieron en dos grupos. Un grupo siguió una dieta mediterránea reducida en calorías, realizando ejercicio moderado y orientación profesional, mientras que el otro grupo continuó una dieta mediterránea tradicional sin restricciones calóricas ni orientación sobre ejercicio.
Los resultados fueron convincentes. Aquellos en el grupo de dieta y ejercicio no sólo redujeron su riesgo de diabetes, sino que también lograron una pérdida de peso significativa y una reducción en la circunferencia de la cintura: una pérdida promedio de 3,3 kg y 3,6 cm, en comparación con 0,6 kg y 0,3 cm en el grupo de control. Se espera que esta intervención prevenga aproximadamente tres nuevos casos de diabetes tipo 2 por cada 100 participantes, lo que subraya su importancia para la salud pública.
Miguel Ángel Martínez-González, protagonista del estudio, destacó la evidencia que aporta este estudio: “La dieta mediterránea con reducción de calorías, actividad física y pérdida de peso es una herramienta preventiva muy eficaz”. Sugiere que implementar estos modestos cambios en el estilo de vida a mayor escala podría reducir significativamente el número de nuevos diagnósticos de diabetes cada año.
No se puede pasar por alto el contexto global de la diabetes tipo 2: la Federación Internacional de Diabetes informa que hay más de 530 millones de personas afectadas en todo el mundo. Los factores que contribuyen incluyen la urbanización, las dietas poco saludables, los estilos de vida sedentarios y el envejecimiento de la población. Sólo en España, alrededor de 4,7 millones de adultos viven con diabetes, principalmente tipo 2, lo que genera una de las tasas más altas de Europa.
Los expertos sostienen que la prevención es clave para afrontar esta creciente crisis de salud, que aumenta significativamente el riesgo de complicaciones relacionadas con la salud cardiovascular y renal. Miguel Ruiz-Canela, otro destacado investigador del estudio, afirmó que combinar el control calórico y la actividad física puede mejorar la sensibilidad a la insulina y la inflamación, ofreciendo un enfoque sostenible para prevenir la diabetes tipo 2.
El potencial de la intervención como modelo preventivo ha recibido atención internacional. Un editorial en Annals of Internal Medicine destacó la relevancia clínica del estudio y reconoció los desafíos de replicar estrategias similares fuera de la región mediterránea, citando factores como el acceso desigual a alimentos nutritivos y la necesidad de apoyo profesional. Los autores del editorial pidieron políticas gubernamentales fortalecidas para cultivar un entorno alimentario equitativo.
Si bien los medicamentos dirigidos a la obesidad y la diabetes siguen dominando los titulares, PREDIMED-Plus destaca la eficacia duradera de los cambios en el estilo de vida. El proyecto en curso, que se extenderá hasta 2024 e involucrará a diferentes grupos de pacientes, se basa en el ensayo PREDIMED anterior que estableció la capacidad de la dieta mediterránea para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
En el ensayo participaron equipos de investigación de numerosas instituciones líderes de toda España, incluidas, entre otras, la Universidad de Navarra, el Hospital Clínic de Barcelona y la Universidad de Valencia. El proyecto también se benefició de la colaboración con la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, destacando sus implicaciones de gran alcance para la salud pública y las estrategias de atención preventiva.