Un trágico incidente se desarrolló en un internado islámico en Sidoarjo, Oost -Java, Indonesia, cuando un edificio en construcción se derrumbó el lunes durante las oraciones de la tarde. El desastre resultó en la muerte de al menos un estudiante masculino y dejó a otros 99 heridos, con muchos en estado crítico. Las víctimas rezaron cuando la estructura, que se sometió a una expansión no autorizada, de repente tuvo lugar y enterró a los estudiantes bajo los escombros.
Las operaciones de rescate comenzaron de inmediato, con la policía, los soldados y los proveedores de atención que trabajaron incansablemente toda la noche para encontrar sobrevivientes. Más de ocho horas después del colapso, los rescatistas lograron extraer ocho estudiantes que fueron encontrados débiles e heridos en los escombros. Sin embargo, los funcionarios indicaron que se observaron cuerpos adicionales, lo que sugiere que el número de muertos podría aumentar.
El internado, Al Khoziny, había albergado previamente una sala de oración de dos correos. Según el portavoz de la policía provincial, Jules Abraham Abast, el edificio había sufrido renovaciones que agregaron dos pisos sin permisos de construcción adecuados, que pone en peligro la integridad estructural. La vieja base no parecía soportar el peso extra, lo que condujo a la falla catastrófica en un momento crucial.
Las imágenes de la escena han registrado la intensidad de los esfuerzos de rescate, con máquinas pesadas y cientos de voluntarios que cavan a través de los restos de concreto reforzado con acero. Muchos de los estudiantes heridos sufrieron lesiones en la cabeza y huesos rotos, y la mayoría de las víctimas eran estudiantes varones, porque las estudiantes rezan por separado en otra área y lograron escapar ileso.
A medida que continuaba la misión de rescate, las familias de los estudiantes se reunieron en hospitales cercanos y el sitio del colapso, ansiosos pendientes de noticias sobre sus seres queridos. Las emociones fueron altas cuando los familiares expresaron miedo, mientras que los trabajadores de rescate enrollaron a los estudiantes heridos cubiertos de polvo.
Nanang Sigit, quien dirigió la operación de rescate, informó los desafíos que se enfrentan debido a partes inestables del edificio colapsado. El equipo trabajó diligentemente y suministra oxígeno y agua a aquellos que estaban atrapados bajo los escombros, porque los esfuerzos se mantuvieron para encontrar y extraer sobrevivientes restantes.
Las autoridades han comenzado una investigación sobre el incidente, destinado a determinar la causa exacta del colapso y garantizar la responsabilidad de la construcción no autorizada. La comunidad llora la pérdida y está luchando con las secuelas de este evento desgarrador, mientras que los funcionarios públicos trabajan para proporcionar claridad y apoyo a las familias afectadas.