En agosto de 2023, Logan Coleridge comenzó a encontrarse con problemas serios después de una colisión de casco a casco durante un partido de fútbol en la escuela secundaria. El residente de 15 años de Nueva Jersey, que tenía antecedentes de conmoción cerebral desde que comenzó a jugar a la edad de seis años, notó que estaba luchando con desorientación, dolor de cabeza debilitante y una considerable pérdida de memoria. A medida que los síntomas se deterioraron, los medicamentos típicos disponibles libremente ofrecían poca iluminación.
La madre de Logan, Becky Coleridge, señaló que a pesar de unos pocos meses de fisioterapia, su condición no mejoró. Un neurólogo había tratado originalmente a Logan para la migraña abdominal y los medicamentos recetados que solo empeoraron sus síntomas. Un médico ortopédico sugirió evaluar su cuello, pero a pesar de las solicitudes persistentes, la familia enfrentó desafíos que aseguran una resonancia magnética para un diagnóstico más claro. Debido a que Logan a menudo se perdió la escuela debido a dolores de cabeza debilitantes, la necesidad de atención especializada se volvió urgente.
A principios de la primavera de 2024, después de un dolor de cabeza inusualmente intenso que Logan fue a la escuela desde la escuela, los Coloridges finalmente consultaron a un especialista en conmoción cerebral. El médico era incrédulo de que Logan aún tenía que recibir una resonancia magnética. El tiempo de espera había terminado; Un escaneo se consideró esencial. La familia esperaba que revelara un problema con el nervio occipital de Logan, que conecta el cuello con el cuero cabelludo.
Sin embargo, los resultados de la resonancia magnética condujeron a un diagnóstico impactante: Logan tenía una malformación arteriovenosa (AVM). Este laberinto anormal de los vasos sanguíneos en el cerebro puede plantear riesgos graves, incluido el potencial para la ruptura, lo que conduce al sangrado en el cerebro. El Dr. Andrew Russman de la Clínica Cleveland ha ayudado a articular los peligros asociados con las AVM, lo que indica que pueden causar una serie de síntomas que pueden influir en diferentes funciones corporales, dependiendo de su ubicación en el cerebro.
Después de confirmar el diagnóstico, la familia Coleridge recibió opciones de tratamiento: podían elegir la radioterapia, lo que tomaría meses para ser efectivos u optar por una intervención quirúrgica inmediata. La familia decidió continuar una operación y sintió que era esencial para la calidad inmediata de la vida de Logan.
El 17 de julio de 2024, Logan se sometió a que se conoce como craneotomía, un procedimiento realizado por el Dr. Howard Riina, un neurocirujano cerebrovascular en NYU Langone. «Toda su vida fue influenciada por este dolor de cabeza», dijo la Dra. Riina, quien subraya la urgencia de abordar el estado de Logan. La operación tenía como objetivo eliminar la AVM, ubicada en la región occipital, o en el ‘punto de cabeza’, como el Dr. Riina que llora, en el cerebro de Logan.
Después de la operación, Logan se enfrentó a una recuperación desafiante. Limitación de realizar sus actividades deportivas y físicas habituales, describió su experiencia como aislante. «Estaba atrapado en la cama y tenía una actividad casi mínima», pensó, y marcó un marcado contraste con su vida antes del diagnóstico.
Con el paso del tiempo, Logan gradualmente comenzó a reclamar su vida. El dolor de cabeza ha desaparecido considerablemente, ahora manejable con medicamentos y visitas de seguimiento indicaron un progreso de recuperación positivo. Los coloridges enfatizaron la importancia de los diagnósticos tempranos, en el que Becky deseaba tener acceso anterior a una resonancia magnética para evitar meses de incertidumbre y necesidad.
Pensando en su viaje, Logan reconoció un cambio importante en su vida: «Dejo ese tiempo en mi vida en el pasado y me concentro en un nuevo comienzo». Celebrando su cumpleaños número 16, realizando lecciones de manejo y preparándose para regresar al campo de fútbol, la historia de recuperación de Logan es de resiliencia y nuevo optimismo.