La aurora boreal iluminará el cielo esta semana en medio de tormentas solares


Los entusiastas de la aurora boreal vivirán una experiencia emocionante a medida que una serie de eyecciones de masa coronal (CME) se dirigen desde el Sol hacia la Tierra. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) predice que la actividad solar más intensa ocurrirá entre el 15 y el 17 de octubre, creando un momento oportuno para los observadores del cielo ansiosos por presenciar las impresionantes auroras.

Las eyecciones de masa coronal son enormes ráfagas de viento solar y campos magnéticos que se originan en la corona del Sol y terminan en el espacio. Estos fenómenos pueden impulsar miles de millones de toneladas de material solar a altas velocidades y llegar a la Tierra en cuestión de días. Cuando estas partículas cargadas encuentran el campo magnético de la Tierra, pueden crear tormentas geomagnéticas, que a menudo resultan en impresionantes espectáculos de luz conocidos como auroras, especialmente en las regiones polares.

En este caso, el Sol ha liberado una serie de CME de una región de manchas solares grande y compleja llamada AR4246. El Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA ha indicado que estas ráfagas solares llegarán entre el 15 y el 17 de octubre. Se espera que la naturaleza superpuesta de estas CME mejore los efectos geomagnéticos, creando condiciones favorables para la visualización de auroras.

El momento de esta tormenta solar es particularmente crucial. El pronóstico de la NOAA, junto con los conocimientos de la física meteorológica espacial Tamitha Skov, sugiere que la primera CME probablemente ocurrirá el 14 de octubre, seguida de tres eyecciones adicionales que llegarán al mediodía del 15 de octubre. Las principales perturbaciones se esperan en la noche del 16 de octubre, con auroras potenciales que se extenderán hasta el 17 de octubre, aunque su intensidad puede disminuir. Se espera que los eventos solares alcancen los niveles G1-G2 en la escala de clima espacial de la NOAA, lo que indica una actividad geomagnética moderada y aumenta la posibilidad de que se produzcan auroras para las personas en el norte de los EE. UU. y el sur de Canadá.

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La emoción que rodea a estas tormentas solares se ve amplificada por su agrupación; múltiples CME que llegan en rápida sucesión pueden provocar una actividad aurora más intensa. Skov señala que si bien la primera CME puede causar sólo perturbaciones leves, las tres siguientes están «agrupadas», lo que sugiere que su impacto combinado podría aumentar a medida que lleguen a la Tierra.

Las auroras se crean cuando las partículas cargadas de la actividad solar interactúan con la magnetosfera de la Tierra. Esta interacción excita los gases atmosféricos, especialmente el oxígeno y el nitrógeno, lo que da como resultado hermosos espectáculos de luces a medida que estos gases vuelven a su estado normal. Dada la combinación de múltiples CME y fuertes vientos solares, las exhibiciones de auroras de esta semana podrían ser notablemente vibrantes.

Si bien las impresionantes imágenes son un gran atractivo, las tormentas geomagnéticas impulsadas por CME también tienen implicaciones prácticas. Cuando el material solar en movimiento choca con el campo magnético de la Tierra, puede causar fluctuaciones visibles como auroras, pero también puede interrumpir las redes eléctricas y las comunicaciones por satélite. Las tormentas moderadas, como se pronostica, pueden causar pequeñas fluctuaciones que afecten a los satélites que dependen de componentes electrónicos sensibles.

En términos científicos, la actividad solar continua está relacionada con el ciclo solar de 11 años del Sol, que experimenta un aumento de erupciones y CME durante sus fases activas. La ola actual, alimentada en gran medida por la mancha solar AR4246, es parte de un ciclo que se espera que alcance su punto máximo en los próximos años. Esta influencia se extiende más allá de los espectáculos visuales y afecta a todo, desde el clima espacial hasta las operaciones de satélites y la estabilidad de las redes eléctricas.

Estas CME van acompañadas de erupciones solares, como la erupción de clase M observada el 13 de octubre, que tienen el potencial de afectar la ionosfera de la Tierra e interrumpir las comunicaciones por radio de onda corta, especialmente en áreas de altas latitudes. Este aumento de la actividad solar sirve como un convincente recordatorio de las intrincadas conexiones entre nuestro planeta y el sol, ilustrando cómo el comportamiento del sol influye directamente en varios aspectos de la vida en la Tierra.



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