El panorama de la criptomoneda se establece para un cambio transformador gracias a la introducción del Marco de Informes de Asesios Cripto (CARF), una iniciativa global diseñada para mejorar la transparencia fiscal. Este marco surgió en respuesta a las crecientes preocupaciones entre las autoridades fiscales en todo el mundo sobre el potencial de evasión fiscal hecho posible por las transacciones de criptomonedas que tuvieron lugar fuera de la visión general del banco tradicional. CARF quiere simular los estándares existentes para los informes financieros, creando un extenso sistema de informes para las criptomonedas.
CARF trabaja por los proveedores de proveedores de servicios de criptomonedas, como intercambios y billeteras, operadores, para que sea obligatorio recopilar e informar información detallada sobre sus clientes y sus transacciones a las autoridades fiscales locales. Los datos recopilados se comparten internacionalmente y se asemejan a los procedimientos establecidos utilizados para las cuentas bancarias tradicionales. Esta iniciativa quiere frenar el posible abuso del criptomarket como un medio para que las personas oculten ingresos imponibles y transacciones para sus respectivos gobiernos, destinados a mantener la integridad de los sistemas fiscales globales que se han desarrollado en los últimos años.
La aprobación de CARF es notablemente rápida, con más de 60 países, incluidos todos los miembros del G7 y la mayoría del G20, adoptan formalmente este marco. Se espera un hito importante para 2025, ya que 52 jurisdicciones se están preparando para el intercambio de datos para 2027, con otras 15 expectativas en 2028. A pesar del sólido apoyo internacional, algunos mercados de criptomonedas prominentes aún tienen que convertirse en un miembro oficial del Acuerdo CARF. Sin embargo, se discute la presión global para que estos países se reúnan y eviten cualquier facilitación involuntaria de actividades financieras ilegales.
Central to Carf es su dedicación a la uniformidad. Las definiciones centrales y los requisitos de informes se fabrican cuidadosamente para promover la consistencia, de modo que se simplifica la implementación entre jurisdicciones. Se espera que las diferencias entre los países surjan principalmente de aspectos prácticos, como períodos de implementación y multas por incumplimiento.
Este cambio legal ha cambiado fundamentalmente cómo funcionan las plataformas criptográficas. Los protocolos tradicionales de su cliente (KYC), que se centran principalmente en las prácticas de lavado de dinero, se amplían con la necesidad de comprender el estado fiscal de los clientes. En consecuencia, muchas compañías de criptomonedas ahora tienen la tarea de mejorar sus procesos de incorporación y sistemas de gestión de datos. Esto incluye la recopilación de auto -certificaciones de la residencia fiscal de los usuarios y establecer nuevos procedimientos para identificar a los individuos de control de la entidad. Además, las plataformas ahora deben recopilar datos de transacciones detallados y clasificar cuidadosamente cada elemento de acuerdo con el tipo.
Mirando hacia el futuro, Carf podría anunciar un paradigma donde las criptomonedas son tratadas como activos responsables y transparentes. En un escenario ideal, esto puede conducir a una mayor aceptación convencional, fraude minimizado y evasión fiscal y regulaciones armonizadas entre jurisdicciones. Sin embargo, la preocupación establece que la aplicación estricta podría impulsar algunas actividades bajo el terreno, creando un mercado dividido, una que esté regulada y abierta y otra que permanezca oculta y abandonada.
La implementación exitosa de CARF es una prueba importante para la gobernanza global de criptomonedas. Depende de la cooperación internacional, la aplicación efectiva y la adaptabilidad de la industria a los nuevos estándares de transparencia. La conveniencia de ocultar la riqueza en las criptomonedas está disminuyendo, de modo que el camino se elimina para un ecosistema financiero más responsable.
A medida que se desarrolla el marco regulatorio, es probable que las criptomonedas se parezcan a los instrumentos financieros tradicionales. La claridad mejorada sobre las regulaciones fiscales puede atraer inversores institucionales y usuarios cotidianos. Las becas compatibles pueden encontrar más fácil operar a través de las fronteras bajo un solo conjunto de estándares que pueden profesionalizar los mercados dentro de los países conformes a Carf, reducir el anonimato y aumentar las regulaciones.
Aunque esta evolución regulatoria puede ofrecer estandarización, también requiere preocupación por la privacidad, en particular porque los gobiernos pueden tratar de usar análisis avanzados e inteligencia artificial para verificar las actividades en plataformas descentralizadas. Dichos desarrollos pueden conducir a las acaloradas discusiones sobre las libertades civiles y la precisión de los datos en las prácticas de cumplimiento.
En esencia, las personas que están involucradas en las criptomonedas pueden considerarlas como otro imponible activamente, con actividades como comprar, vender y ganar recompensas que conducen a obligaciones fiscales. La aparición de nuevos servicios que tienen como objetivo navegar como el cumplimiento como ayudas fiscales de cripto y asistencia de optimización transfronteriza-Zal probablemente dan como resultado un ecosistema más avanzado. Las tecnologías de privacidad mejorarán y ofrecerán pesar para las personas para demostrar el cumplimiento sin poner en peligro su privacidad.
Los gobiernos se están preparando actualmente para mayores expectativas con respecto a los ingresos fiscales y el cumplimiento. Se espera que los resultados exitosos de CARF atraigan en más países, lo que deja en claro la carretera para futuros desarrollos en informes fiscales y cumplimiento. A medida que las autoridades fiscales comienzan a usar datos de CARF para verificar las declaraciones de impuestos y realizar auditorías, el marco puede facilitar un sistema de rutina para los usuarios conformes y, al mismo tiempo, imponer riesgos crecientes para aquellos que optan por el incumplimiento.