BIRMINGHAM, Alabama – A medida que el cierre del gobierno se avecina, la exvicepresidenta Kamala Harris está reuniendo activamente apoyo para su partido mientras promueve sus memorias de campaña presidencial en todo el país. Durante una entrevista, Harris subrayó su continua comunicación con los líderes demócratas en Washington, instándolos a presionar al presidente Donald Trump y a la mayoría republicana sobre el aumento de las primas de seguro médico vinculadas a la Ley de Atención Médica Asequible.
«Los republicanos controlan la Cámara de Representantes. Controlan el Senado. Controlan la Casa Blanca. Están a cargo y son responsables del cierre», afirmó enfáticamente. Harris enfatizó la importancia de defender a las familias trabajadoras y criticó cualquier recorte de impuestos para los estadounidenses más ricos que pudiera financiarse a expensas de los trabajadores comunes y corrientes.
Durante sus apariciones públicas, incluidas discusiones con estudiantes y reseñas de libros en el Alabama Theatre de Birmingham, Harris encarnó el papel de una figura veterana del partido y futura candidata potencial. Expresó su preocupación por el rumbo del país y su incredulidad ante varias de las acciones de Trump. Cuando sus partidarios expresaron su decepción por su derrota electoral anterior, Harris los animó a reorientar sus energías: «Tenemos trabajo que hacer. Sigan luchando».
Harris enfatizó su compromiso con el Partido Demócrata, citando su condición de nominada anterior y enfatizando su intención de fortalecer los esfuerzos de divulgación del partido, particularmente involucrando a votantes de clase trabajadora y media que pueden haberse inclinado por los republicanos o haberse abstenido. Ella planea ayudar a los candidatos demócratas a gobernador en Nueva Jersey y Virginia, mientras aboga por una medida electoral en California destinada a combatir la manipulación republicana.
Al analizar el panorama democrático más amplio, Harris pidió autenticidad entre los candidatos, alejándose de la idea de que un solo líder puede determinar la dirección del partido. Reconoció el valor de las voces diversas y mencionó a varios representantes sin profundizar en críticas detalladas.
Respecto a su derrota electoral, rechazó la afirmación de que las cuestiones culturales influirían principalmente en los votantes. En cambio, argumentó que las preocupaciones económicas, particularmente la inflación, jugaron un papel más importante en el apoyo a Trump: «Hay un buen número de personas que votaron por Donald Trump porque creyeron lo que dijo, que era que bajaría los precios. Desafortunadamente, les mintió».
Al reconocer los desafíos económicos actuales, Harris argumentó que se debería haber priorizado abordar las necesidades inmediatas, como los créditos tributarios por hijos y las licencias familiares, sobre las políticas integrales de infraestructura. También reconoció los problemas estructurales resultantes de la desinformación y la presión conservadora contra las normas democráticas, argumentando que cada votante merece atención y respeto en lugar de ser descartado como «poco informado».
En sus discusiones, Harris lamentó la posible erosión de los derechos civiles, especialmente en lo que respecta al derecho al voto. Advirtió sobre las implicaciones de posibles fallos de la Corte Suprema sobre la Ley de Derecho al Voto y enfatizó el papel fundamental de la Sección 2 para garantizar la representación de las minorías. Basándose en contextos históricos originados en Alabama, articuló la urgencia de proteger estos derechos frente a los esfuerzos continuos por diluirlos.
Mientras navegaba cuidadosamente por las complejidades de la retórica política, Harris observó las estrategias divisivas de algunos partidarios de Trump, aunque se abstuvo de etiquetar las motivaciones de la administración con certeza definitiva. También compartió su comunicación continua con el presidente Biden mientras él aborda problemas de salud y alentó el apoyo para su bienestar.
En general, la gira de Harris no sólo promueve sus memorias, sino que también sirve como plataforma para movilizar a los demócratas para que permanezcan unidos y resilientes frente a los desafíos políticos actuales.