Se informa que funcionarios del gobierno venezolano están considerando un plan que allanaría el camino para que el presidente Nicolás Maduro eventualmente abandone su cargo, una medida destinada a aliviar la importante presión de Estados Unidos. Un exfuncionario de la administración Trump anunció que la propuesta sugiere que Maduro renunciaría dentro de tres años y entregaría el poder a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien luego cumpliría el resto del mandato de seis años de Maduro, que expira en enero de 2031. Según este plan, Rodríguez no se postularía para la reelección, dijo el funcionario.
La Casa Blanca rechazó la propuesta, manteniendo su posición sobre la ilegitimidad del régimen de Maduro y acusándolo de presidir un estado narcoterrorista. El hecho se produce en un momento de creciente ansiedad dentro del gobierno de Maduro, especialmente en medio de temores de que el presidente Donald Trump pueda autorizar una acción militar para destituirlo del poder.
Los primeros informes sobre esta iniciativa venezolana vinieron del Miami Herald. Desde entonces, Maduro se ha burlado públicamente de las afirmaciones de que Rodríguez lo reemplazaría, caracterizando la historia como un intento de sembrar división dentro de Venezuela. Además, se burló de la confirmación por parte de Trump de las operaciones de la CIA en Venezuela y cuestionó la novedad de las actividades de inteligencia estadounidenses en el país.
Rodríguez respondió al presunto plan a través de su cuenta de Telegram, llamándolo con vehemencia “¡¡FALSO!!”. y acusando a los medios de comunicación de perpetuar una «guerra psicológica» contra el pueblo venezolano. Destacó que los dirigentes siguen unidos a pesar de la presión externa.
El ejército estadounidense ha intensificado recientemente sus operaciones en el Caribe, apuntando a barcos sospechosos de contrabando de drogas, algunos de los cuales provienen de Venezuela. Tras estas acciones militares, Trump anunció que había autorizado operaciones encubiertas de la CIA en el país, aunque ocultó detalles de un ataque directo a Maduro.
Esta admisión sin precedentes de la participación de la CIA por parte de un presidente estadounidense en ejercicio ha aumentado las tensiones entre las dos naciones. Los analistas sugieren que la revelación de Trump podría servir como una táctica psicológica destinada a molestar a Maduro y sus partidarios, lo que podría generar divisiones dentro de la élite política y militar de Venezuela.
Los expertos creen que esto es parte de una estrategia más amplia para alentar a los líderes militares de Venezuela a retirar su apoyo a Maduro, aislándolo aún más. Vanda Felbab-Brown, de la Brookings Institution, señaló que Estados Unidos parece estar aumentando la presión sobre el ejército venezolano, con el objetivo final de desestabilizar el régimen de Maduro.
Figuras clave dentro de la administración Trump, incluido el Secretario de Estado Marco Rubio y el Subsecretario de Estado Christopher Landau, han desempeñado un papel decisivo a la hora de abogar por medidas más duras contra Maduro. Rubio en particular ha estado presionando durante mucho tiempo para que se adopte una postura dura contra el líder venezolano. Durante el primer mandato de Trump, Maduro enfrentó cargos federales por drogas en Estados Unidos, y el Departamento de Justicia aumentó significativamente la recompensa por información que condujera a su arresto este año.
A medida que se desarrolla la situación, el foco de Trump también se centra en las organizaciones criminales vinculadas a Maduro, especialmente la pandilla Tren de Aragua, que alega su participación en el narcotráfico. Sin embargo, los detalles sobre las operaciones dirigidas a otros barcos siguen siendo secretos.