Un grupo de funcionarios estatales demócratas ha presentado una nueva demanda buscando acceso a fondos de emergencia para apoyar a decenas de millones de estadounidenses que dependen de la asistencia alimentaria. Esta acción legal surge en respuesta al esperado agotamiento de los fondos federales para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que se espera que se elimine gradualmente debido al actual cierre del gobierno de EE. UU.
SNAP desempeña un papel fundamental en la vida de aproximadamente uno de cada ocho estadounidenses, ayudándoles a hacer compras. Una suspensión de estos beneficios crearía un agujero significativo en la red de seguridad del país y podría afectar aún más a las poblaciones vulnerables, ya que la financiación de otros programas esenciales, como Head Start para niños en edad preescolar y el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC), también estaría en riesgo.
La demanda, presentada por fiscales generales de 22 estados y el Distrito de Columbia, junto con tres gobernadores, apunta a un fondo de rescate federal de alrededor de 5 mil millones de dólares. Esta cantidad es suficiente para mantener los beneficios de SNAP durante más de dos semanas. Si bien el Departamento de Agricultura indicó anteriormente que estos fondos podrían usarse para mantener SNAP durante un cierre, un memorando reciente afirmaba que no tenía la autoridad legal para hacerlo, lo que provocó una impugnación legal. Los funcionarios argumentan que la administración está obligada a seguir brindando beneficios mientras haya fondos disponibles.
A partir del 1 de noviembre, no se espera que se repongan las tarjetas de débito de los beneficiarios utilizadas para compras de SNAP, lo que genera preocupación entre millones de beneficiarios que dependen de estos fondos para obtener alimentos. Datos recientes muestran que la mayoría de los participantes de SNAP son familias con niños, y aproximadamente un tercio incluye adultos mayores o personas con discapacidades. Casi el 40% de estos hogares tiene al menos un miembro que trabaja, pero la mayoría vive por debajo del umbral de pobreza.
Ante la incertidumbre que acecha en torno a los beneficios del SNAP, los bancos de alimentos de todo el país se están preparando para un aumento de la demanda debido a la reducción de la ayuda federal. Las recargas de la tarjeta de débito SNAP varían según el estado, pero muchos beneficiarios suelen recibir su dinero al comienzo de cada mes. Los estados han indicado que los minoristas aún deben aceptar tarjetas con saldos existentes incluso si no se agrega ningún saldo nuevo.
Los gobiernos estatales, independientemente de su alineación política, están buscando soluciones para ayudar a los beneficiarios de SNAP. Algunos estados, como Luisiana, Vermont y Virginia, se han comprometido a proporcionar asistencia alimentaria alternativa, aunque aún no se han anunciado los detalles. Otros estados, incluidos New Hampshire, Minnesota y California, planean aumentar la financiación para los bancos y despensas de alimentos locales.
El USDA ha dejado claro que los estados no serán reembolsados por ningún esfuerzo de financiación independiente que realicen durante el cierre. Se ha atribuido el actual estancamiento a las diferencias políticas entre demócratas y republicanos sobre la reapertura del gobierno y la ampliación de los subsidios en virtud de la Ley de Atención Médica Asequible, lo que complica aún más las negociaciones.
Además de SNAP, más de 130 programas preescolares de Head Start enfrentan un futuro incierto porque dependen de subsidios federales que pronto se acabarán. Ante el inminente cierre, los centros están evaluando su viabilidad operativa ya que una parte importante de su financiación proviene de impuestos federales. Si estos programas se cierran, los padres que trabajan podrían enfrentar dificultades adicionales.
Otro programa esencial, WIC, que ayuda a madres y niños pequeños de bajos ingresos, ya recibió fondos de emergencia para continuar sus servicios hasta octubre. Sin embargo, los estados advierten que podrían agotar estos fondos a principios de noviembre, lo que podría dejar a millones de personas sin asistencia nutricional esencial. La urgencia de estas situaciones subraya el papel fundamental que desempeñan estos programas en el mantenimiento del bienestar de algunas de las poblaciones más vulnerables del país.



