En un clima de incertidumbre política y económica, el ex presidente Evo Morales expresó su preocupación por un día de las elecciones presidenciales y legislativas en Bolivia. En medio de una crisis que ha tenido un profundo impacto en el país, el líder del socialismo (MAS) se enfrenta a la posibilidad de detención, especialmente si la oposición logra ganar en las encuestas. Esta elección es un punto crítico para el MAS, que ha sido el partido gobernante durante casi dos décadas.
Morales, quien está bajo la protección de sus seguidores en el Chapare, porque se emitió una orden de arresto para un caso con respecto a una acusación de un menor durante su mandato, ha declarado que no tiene claro sus próximos pasos. «¿Qué vamos a hacer? No sé. Estoy en la vista del Imperio y el derecho», dijo. Esta obvia inquietud no solo enfatiza el estado personal de Morales, sino también la agitación que rodea a su partido y seguidores.
Las encuestas indican que los participantes más importantes en la carrera presidencial Samuel Doria Medina y el ex presidente Jorge son Quiroga, ambos de tendencia conservadora. La competencia es tan cercana que es posible que se planee una segunda ronda para octubre. Ambos candidatos han hecho declaraciones poderosas sobre Morales y han prometido que lo detendrán en el caso de ganar.
Además de abordar el miedo al arresto, Morales promueve una voz cero en un intento de mostrar insatisfacción con los candidatos a la derecha. «Nadie va a ganar, primero será el estado de ánimo la voz de EVO y a la que se agregará la ira», dijo, refiriéndose a la frustración generalizada que lleva a los ciudadanos a rechazar las opciones disponibles. La situación es aún más compleja debido a la decisión del actual presidente, Luis Arce, de no buscar reelección, quien deja un vacío en el estado de ánimo para los seguidores de Morales.
A pesar de las llamadas de Morales y sus seguidores para boicotear las elecciones, se espera que el día de las elecciones esté en silencio. Las autoridades han asegurado que el material de votación ha llegado a las áreas designadas sin molestias. «El gobierno garantiza un día de elección tranquilo y ordenado», dijo el Ministro de Gobierno, quien enfatizó la importancia de una realización pacífica del proceso electoral.
La situación actual en Bolivia no solo revela tensión en el panorama político, sino también en la vida diaria de los ciudadanos, que se ven afectados por el aumento de los precios de los alimentos y la escasez de combustible. Morales, una figura emblemática del movimiento nativo, se enfrenta a un momento de gran presión. La elección del domingo no solo representará una prueba de resistencia para su partido, sino que también definirá el futuro liderazgo político del país en un contexto cada vez más fragmentado.