En un acontecimiento prometedor para las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, altos funcionarios de ambos países participaron en amplios debates durante la Cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur, Malasia. El principal negociador de China, Li Chenggang, informó que las dos partes mantuvieron «discusiones francas» sobre una serie de cuestiones apremiantes, y finalmente alcanzaron un «consenso» tentativo. Los temas cubiertos incluyeron las complejas cuestiones del tráfico de fentanilo y los controles de exportación.
Al reflexionar sobre el estado de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, Li reconoció las fluctuaciones de los últimos meses y expresó el deseo de estabilidad de China. «China no quería ver fluctuaciones», afirmó, enfatizando la necesidad de soluciones para abordar adecuadamente los problemas existentes. Indicó además que una mayor comunicación sería un esfuerzo mutuo para aumentar el entendimiento entre los dos países. Sin embargo, reafirmó el compromiso de China de salvaguardar sus propios intereses durante todo el proceso.
Las negociaciones tuvieron lugar después de que Li, acompañado por el viceprimer ministro He Lifeng, mantuviera conversaciones con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer. Su principal objetivo era aliviar las tensiones persistentes resultantes de una guerra comercial de larga duración. A pesar del diálogo productivo, aún no han surgido detalles específicos sobre ningún acuerdo comercial.
En una entrevista separada con NBC, Bessent subrayó la importancia de lograr un marco comercial más equilibrado para evitar la imposición de aranceles punitivos a los productos chinos. Señaló que “China está lista para llegar a un acuerdo comercial”, lo que indica la voluntad de Beijing de tomar medidas diplomáticas.
Este diálogo renovado se produce a raíz del anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de un controvertido arancel del 100% a las importaciones chinas, además de nuevos controles de exportación dirigidos a software crucial que entrarán en vigor el 1 de noviembre. Trump reconoció la naturaleza insostenible de aranceles tan elevados y atribuyó el estancamiento de las negociaciones al reciente endurecimiento de las regulaciones de China sobre las exportaciones de tierras raras.
A pesar de reconocer que estos aranceles pueden no ser sostenibles, Trump defendió la drástica medida, afirmando: «Me obligaron a hacerlo». Los acontecimientos ilustran la naturaleza compleja y cambiante del comercio internacional y resaltan la necesidad de continuar las discusiones para abordar los numerosos desafíos que enfrentan ambos países.



