El Senado confirmó a Neil Jacobs como nuevo jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), una decisión tomada dentro de un paquete de bloque que incluía a más de una docena de otros nominados presentados por la administración Trump. Jacobs, un veterano científico atmosférico, recibió apoyo bipartidista en una votación del comité el mes pasado, y cinco demócratas se unieron a sus homólogos republicanos para apoyar su nominación.
El nombramiento de Jacobs llega en un momento crucial para la NOAA, una agencia responsable del pronóstico del tiempo y el mantenimiento de registros climáticos, áreas que recibieron significativa atención durante la administración anterior. Su amplia experiencia dentro de la NOAA le proporciona la información necesaria para dirigir eficazmente la agencia, especialmente después de que sufrió cambios significativos durante el segundo mandato de Trump, incluidos importantes cambios de personal y propuestas presupuestarias que apuntaban a reducir la financiación.
A pesar del apoyo que ha recibido Jacobs, persisten las críticas relacionadas con su participación en el incidente Sharpiegate de 2019. Esta controversia estalló cuando el expresidente Trump afirmó falsamente que el huracán Dorian podría azotar Alabama, contrariamente a la evaluación del Servicio Meteorológico Nacional. En un giro notable de los acontecimientos, Trump mostró un mapa modificado que mostraba un camino potencial cambiado para la tormenta, lo que provocó una reacción violenta de los meteorólogos locales de la NOAA. Jacobs, quien en ese momento se desempeñaba como subsecretario de monitoreo ambiental de la NOAA, fue criticado cuando una investigación de la Academia Nacional de Administración Pública encontró que había violado los estándares éticos de la agencia. Sin embargo, durante su audiencia de confirmación en julio, Jacobs lamentó su manejo anterior de la situación e indicó que ahora manejaría la situación de manera diferente.
Durante su proceso de confirmación, Jacobs enfatizó la importancia de la dotación de personal dentro de la NOAA, especialmente a la luz de los problemas de personal que enfrentó durante la administración anterior. Reconoció el papel continuo de la actividad humana en el cambio climático, además de la variabilidad natural. Hablando poco después de un desastre en Texas causado por inundaciones, Jacobs se comprometió a garantizar una comunicación eficaz de las advertencias meteorológicas y a dar prioridad a la modernización de los sistemas de alerta.
Además, Jacobs abogó por la creación de una junta de revisión de desastres naturales, inspirada en la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, para mejorar las evaluaciones posteriores al evento y la recopilación de datos. Señaló la necesidad de recopilar datos completos para analizar la eficacia de las alertas emitidas y comprender la dinámica de la respuesta a los desastres, para garantizar que las lecciones aprendidas puedan informar las futuras estrategias de preparación y respuesta.
Con Jacobs al frente de la NOAA, la agencia está lista para navegar por las complejidades de la ciencia climática y la gestión de desastres en medio de los actuales desafíos políticos y ambientales.