Investigadores del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva han presentado ideas innovadoras sobre la expansión eslava, y previamente desafiaron que la identidad eslava se desarrolló y se extendió por toda Europa. Este extenso estudio genético, publicado en la revista Nature, utilizó datos genómicos de 555 individuos antiguos en 26 ubicaciones arqueológicas para mostrar una imagen compleja de patrones de migración que estaban lejos de ser uniformes.
Históricamente, el surgimiento de los esclavos se mantuvo enigmático, con textos medievales tempranos que documentaron su presencia desde el siglo VI, en particular alrededor de Constantinopla y el Danubio inferior. Sin embargo, los mecanismos de su rápida expansión, a través de la conquista, la asimilación o la migración gradual, no estaban claros. Esta nueva investigación destaca cómo la presencia eslava cambió drásticamente la demografía europea.
Una de las revelaciones más conmovedor proviene de regiones como Alemania Oriental y Polonia, donde los investigadores han observado una rotación genética significativa. En el área de Elbe-Saleale de Alemania Oriental resultó que más del 85% del material genético provino de los recién llegados del este después del período de migración. Esto significó una salida sombría de los siglos anteriores, caracterizado por un origen genético más diverso en relación con el norte de Europa.
Del mismo modo, Polonia experimentó un profundo cambio demográfico que comenzó en el siglo VI y VII, con habitantes anteriores que tenían lazos genéticos escandinavos que fueron reemplazados en gran medida por poblaciones que se parecen a polacos modernos, ucranianos y blancos -rusos. Si bien tuvo lugar un cierto grado de mezclas, la tendencia dominante fue una de reemplazo a gran escala.
«El ascenso de los esclavos fue básicamente una historia de personas que se movían», dijo la Dra. Joscha Gretzinger, investigadora principal del proyecto. La evidencia genética confirma los hallazgos arqueológicos, incluida la propagación de pequeños asentamientos de pitouse, prácticas de cremación y cerámica simple asociada con la cultura Praga-Korchak.
Además, el estudio arroja luz sobre las estructuras sociales que prevalecen entre estas trekpoblations. En Alemania Oriental, por ejemplo, parece que los datos genéticos revelan que las comunidades a menudo se organizaron en torno a grupos de parentesco patrilineal, que formaron familias extensas que contrastaban con las estructuras familiares nucleares más pequeñas que son típicas del período de migración. Las mujeres a menudo se movían para casarse en otras comunidades, creando una red de lazos genéticos que promovía la cohesión social entre los asentamientos migratorios.
La historia genética muestra más complejidad en áreas como Croacia. Aunque hubo una notable entrada de ascendencia de Europa del Este, el reemplazo genético de las poblaciones existentes fue incompleto. Las tradiciones locales y las estructuras sociales permanecieron en muchas partes, lo que sugiere un modelo flexible de integración cultural y genética que varió regionalmente.
Los efectos persistentes de estas primeras migraciones permanecen claramente en las poblaciones contemporáneas. Por ejemplo, los Sorbs, una minoría de habla eslava en Alemania Oriental, conservan un perfil genético que coincide estrechamente con sus primeros antepasados medievales, a pesar de los siglos duraderos de cambio cultural. En los Balcanes, la prueba de esta transición demográfica parece estar fragmentada, con firmas genéticas de ascendencia de Europa del Este que solo reflejan parte de las poblaciones modernas, que refleja un lento proceso de matrimonio y adaptación.
El Dr. Zuzana Hofmanová, otro investigador del Instituto Max Planck, enfatizó que en lugar de un evento de migración singular, la expansión eslava se desarrolló como un mosaico de diferentes grupos, cada uno de los cuales navega por sus propios caminos adaptativos. Esta investigación no solo reforma nuestra comprensión de la identidad eslava, sino que también enfatiza la complicada alfombra de pared del movimiento humano y el intercambio cultural que ha definido la historia europea.