Un estudio reciente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston de la Universidad de Boston ha presentado hallazgos importantes que pueden cambiar la percepción de seguridad en deportes de contacto. La investigación indica que los éxitos repetitivos en la cabeza pueden provocar daño cerebral en atletas jóvenes antes de los signos de manifiesto crónico de encefalopatía traumática (CTE). CTE es una enfermedad cerebral degenerativa asociada con efectos principales repetidos, a menudo observados en atletas que participan en deportes de contacto como el fútbol y el fútbol, así como el personal militar.
Aunque los investigadores han estado teorizando durante mucho tiempo que los cambios cerebrales pueden comenzar mucho antes de los signos clínicos de CTE, la evidencia concluyente es difícil de encontrar debido a la necesidad de diagnósticos post mortem. Sin embargo, este nuevo estudio enfatiza una serie de lesiones cerebrales en relación con los efectos principales repetitivos, lo que resulta en problemas críticos como la pérdida de células cerebrales, la inflamación y el daño vascular a los atletas jóvenes que anteriormente estaban involucrados en deportes de contacto.
Jonathan Cherry, profesor universitario de patología y medicina de laboratorio, expresó la importancia de estos hallazgos. Señaló que la exposición a los efectos principales repetitivos puede conducir a la muerte neuronal y al daño cerebral a largo plazo, independientemente del diagnóstico de CTE.
Para generar los primeros signos de daño a la luz, los investigadores analizaron el tejido cerebral congelado de 28 hombres de 25 a 51 años, de modo que se compartieron en tres grupos: un grupo de control hombres que no están involucrados en deportes de contacto, un grupo de atletas que tuvieron efectos principales repetitivos, pero no fueron diagnosticados con CTE y un grupo con un CTE en etapa baja.
Aunque las publicaciones anteriores enfatizaron los cambios inflamatorios y vasculares en pacientes con un CTE en estadio bajo, este estudio reciente estableció niveles similares de lesión e inflamación en atletas sin la enfermedad. Uno de los resultados más alarmantes fue una pérdida del 56% de las neuronas en los atletas, especialmente en las áreas del cerebro que estaban sujetas a las fuerzas mecánicas más altas durante los efectos principales. Esta pérdida de neuronas tuvo lugar en todos los atletas involucrados, desafiando suposiciones de que los atletas jóvenes y libres de síntomas no mostrarían ningún signo de daño cerebral.
Cherry enfatizó que estos hallazgos disipan la idea de que los atletas juveniles están exentos de lesiones cerebrales. Indican que el riesgo de desarrollar CTE se correlaciona directamente con la exposición a los efectos repetitivos, independientemente del diagnóstico de CTE. El estudio defiende una visión más profunda de estos mecanismos y enfatiza la necesidad de mejorar los métodos de detección para facilitar las estrategias de prevención para proteger a los atletas jóvenes.
La coautora Ann McKee, directora del Centro de BU CTE, resumió las implicaciones de la investigación y argumentó una necesidad urgente de reducir los efectos principales en todos los niveles de deportes de contacto, desde competiciones juveniles hasta atletismo colegial.