Un leve drama se desarrolló en el programa de Piers Morgan cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria, Yusuf Tuggar, y la ex parlamentaria canadiense, Goldie Ghamari, entablaron un intenso debate sobre las alarmantes acusaciones de persecución sistemática de cristianos en Nigeria. La controvertida entrevista se emitió el martes, en la que Tuggar cuestionó con vehemencia las cifras de Morgan, que citaba un informe de la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety). El informe afirma que más de 50.000 cristianos han sido asesinados y 18.000 iglesias destruidas en Nigeria desde 2009.
Tuggar descartó estas estadísticas por considerarlas engañosas y enfatizó que el gobierno nigeriano no clasifica a las víctimas por religión, afirmando que todas las víctimas reciben el mismo trato. Cuando se le preguntó por cifras oficiales, dijo que sólo 177 cristianos han sido asesinados y 102 iglesias atacadas en los últimos cinco años, un marcado contraste con las estadísticas citadas por Morgan.
A medida que aumentaban las tensiones, Ghamari se unió a la discusión, argumentando que la violencia contra los cristianos en Nigeria podría caracterizarse correctamente como yihad. Ella vinculó polémicamente esta situación con el reciente ataque de Hamás a Israel, afirmando: «No necesito estar familiarizada con la Constitución de Nigeria para saber que cuando alguien grita ‘Allahu Akbar’ antes de masacrar a 200 cristianos y quemar iglesias cristianas, eso no es sólo bandidaje. Eso es yihad». Ghamari también alegó que el gobierno nigeriano estaba en connivencia con la República Islámica de Irán e instó a Morgan a interrogar a Tuggar sobre por qué los escolares nigerianos sostenían fotografías del ayatolá iraní.
Ghamari expresó su descontento por la aparente evitación de la verdad por parte de Tuggar, diciendo: «He sido político durante siete años, Piers, y puedo decir cuando alguien miente y evita la verdad». En respuesta, Tuggar condenó sus acusaciones por considerarlas infundadas y destacó su falta de comprensión sobre el complicado panorama político de Nigeria. Se refirió al compromiso de Nigeria con el equilibrio geográfico en el liderazgo, señalando que el actual Presidente es del Sur mientras que el Vicepresidente es del Norte.
Cuando Morgan preguntó si Tuggar condenaba los ataques contra cristianos por parte de extremistas islamistas, Tuggar reafirmó su posición y compartió su pérdida personal como prueba. Reveló que su suegro fue asesinado por Boko Haram y destacó que el grupo terrorista representa una amenaza tanto para cristianos como para musulmanes. «El mayor enemigo de Boko Haram no es un cristiano. Es un musulmán que no profesa su propio Islam», aclaró.
Ghamari, sin embargo, insistió en que si bien los musulmanes también están siendo atacados, esto no mitiga la existencia de una campaña dirigida contra los cristianos en Nigeria. La respuesta de Tuggar fue severa, acusándola de fomentar el conflicto desde lejos sin una comprensión adecuada de la situación. Sugirió que personas como ella estaban manipulando narrativas para desestabilizar Nigeria, una nación que describió como la democracia más grande de África y una fuerza estabilizadora en la región.
Sumándose al acalorado intercambio, Tuggar dijo: «Eres una vergüenza. Eres una vergüenza para la nación canadiense». Este sentimiento reflejó una frustración más amplia entre los funcionarios nigerianos por las narrativas externas que moldean las percepciones de los conflictos internos del país.
El diálogo puso de relieve las preocupaciones sobre el escrutinio internacional, tras los comentarios del expresidente Donald Trump, quien calificó a Nigeria de “país de interés especial” por las acusaciones de genocidio cristiano. En una declaración, Trump afirmó que “el cristianismo enfrenta una amenaza existencial en Nigeria”, e instó a que se tomen medidas legislativas para investigar las afirmaciones. El Gobierno federal de Nigeria ha negado rotundamente estas acusaciones y mantiene su posición contra la caracterización del genocidio según criterios religiosos.
Este intenso debate subraya la complejidad que rodea las tensiones religiosas en Nigeria e ilustra las diferentes opiniones sobre la responsabilidad y el impacto de las narrativas externas en las cuestiones internas.



