El liderazgo militar de Mali se está reorganizando en medio de la batalla de los insurgentes yihadistas


El liderazgo militar de Malí está experimentando un cambio dramático tras la destitución de tres comandantes de alto rango en medio de desafíos continuos en la lucha contra los insurgentes yihadistas. Informes de una reciente reunión del Gabinete indicaron que estos cambios fueron el resultado de crecientes preocupaciones sobre la efectividad de las estrategias militares en la región, especialmente a la luz de la escalada de violencia.

El bombardeo fue llevado a cabo por el líder de la junta Assimi Goita durante una reunión de emergencia del consejo de defensa, una aparente respuesta a la creciente presión por las derrotas en el campo de batalla. Entre los relevados de sus puestos se encontraban el subjefe del Estado Mayor General, el jefe de seguridad militar y el jefe del Estado Mayor de las fuerzas terrestres. Un alto oficial militar dijo de forma anónima que la decisión se debió principalmente a los “malos resultados” en la lucha contra los grupos militantes.

El oficial enfatizó que estas fallas se extendieron más allá de la conducción de operaciones de tropas, señalando fallas en la gestión de inteligencia que han obstaculizado la capacidad de las fuerzas armadas para predecir y responder eficazmente a los ataques insurgentes. Es alarmante que haya informes que sugieren que algunos de los comandantes depuestos podrían enfrentar un proceso judicial como resultado de sus acciones.

Malí está sumido en una grave crisis de seguridad desde 2012, situación exacerbada por el ascenso de facciones yihadistas vinculadas a Al Qaeda y Estado Islámico. La situación política cambió radicalmente tras dos golpes de estado en 2020 y 2021, que llevaron al establecimiento de la actual junta militar. A pesar de estos cambios, el gobierno continúa lidiando con una ola de violencia e inestabilidad.

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En los últimos meses, militantes vinculados a Al Qaeda han intensificado sus operaciones, con el objetivo de aislar la capital, Bamako, atacando rutas de suministro críticas. Esta campaña ha incluido esfuerzos para bloquear las importaciones de combustible de los países vecinos desde septiembre, lo que ha impactado significativamente la vida cotidiana y exacerbado la crisis humanitaria en el país sin litoral.

Mientras Malí enfrenta estos desafíos apremiantes, la eficacia de su liderazgo militar recientemente estructurado será objeto de un intenso escrutinio tanto dentro del país como a nivel internacional, mientras continúan los esfuerzos por lograr la estabilidad en un momento de disturbios continuos.



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