En un sorprendente giro de los acontecimientos el lunes, el presidente Vladimir Putin despidió a su ministro de transporte, Roman Starvoit, para que su cuerpo descubra su cuerpo más tarde ese día. Encontrado en un parque en las afueras de Moscú, Starvoit murió de una herida en la cabeza, con una pistola que estaría en el sitio. Los investigadores afirman que creen que se ha quitado la vida, una situación que muchos han dejado aturdidas.
El tabloide Moskovsky Komsomolets enfatizó la rareza de tal incidente, y señaló que el último caso registrado de un gobierno ruso que se suicida, data de más de treinta años, hasta agosto de 1991, cuando el ministro soviético de Boris Pugo se disparó en medio de un fallido.
El Kremlin se ha dejado en gran medida con fuerza sobre la caída de Starvoit. Dmitry Peskov, portavoz de Putin, expresó un shock durante una conferencia telefónica de Kremlin. Dijo: «Las personas normales solo pueden sorprenderse aquí», mientras enfatiza que la investigación actual daría respuestas a las muchas preguntas planteadas. La especulación está desenfrenada en los medios de comunicación rusos y conecta la muerte de Starvoit con problemas en la región de Kursk, donde en mayo de 2024 se desempeñó como gobernador antes de su nombramiento ministerial.
Durante su mandato como gobernador regional, Starvoit supervisó la construcción de fortificaciones defensivas a lo largo de la frontera de Kursk, financiada por recursos del gobierno. Sin embargo, estas defensas fueron criticadas como insuficientes, por lo que las tropas ucranianas no van a la región el año pasado. Después de esto, su sucesor, Alexei Smirnov y el ex diputado Alexei Dadov fueron arrestados y acusados de fraude con respecto al proyecto de fortificación. Algunos analistas sugieren que Starvoit podría estar a punto de convertirse en una figura clave en este estudio.
Nina Khrushcheva, profesora en casos internacionales, señaló sobre las implicaciones de la muerte de Starvoit en el contexto de un clima político represivo en Rusia. Ella comparó su situación con figuras históricas de la era de Stalin, lo que sugiere que el miedo a las consecuencias legales brutales y la posible sentencia de prisión Starvoit puede haber terminado para terminar su vida. La comparación refleja un recuerdo del cabello de la longitud en la que los individuos pueden sentirse obligados en el panorama político actual.
A pesar de la gravedad de la ruina de Starvoit, el estado de la televisión ha tratado la historia con precaución. Las noticias nocturnas sobre Rusia-1 incluyeron un breve anuncio sobre el nombramiento de Putin del sucesor de Starvoit, Andrei Nikitin, mientras relegaba la muerte de Starvoit a solo 18 segundos del tiempo de transmisión. Esta trivialización intencional sugiere una conciencia del papel influyente de la televisión en la configuración de la percepción pública en Rusia.
Para la élite política, el destino de Starvoit sirve como una advertencia sombría. Khrushcheva señaló que el desarrollo profesional dentro del gobierno ya no garantiza la seguridad, lo que implica que el medio ambiente se ha cambiado drásticamente, con movilidad descendente en la atmósfera política ahora cargada de peligro.
El incidente enfatiza la atmósfera de miedo al alza que rodea a los funcionarios estatales rusos, donde incluso la partida de una figura prominente de la escena política en la tragedia, que refleja los riesgos más amplios relacionados con la navegación de la complejidad de la administración rusa contemporánea.