La expresión emocional por voz es un aspecto crucial de la comunicación, que refleja nuestros sentimientos y la interpretación líder del oyente. Investigaciones recientes realizadas por científicos italianos y canadienses se sumergen en los matices emocionales de las quejas, que revelan premios intrigantes entre grupos culturales.
El Dr. Maël Maucand, un neurocientífico del Centro suizo de Ciencias Afléticas de la Universidad de Ginebra y el primer autor del estudio, enfatizó que las quejas tienen varias características vocales. «La queja se diferencia del discurso neutral debido a los cambios en la expresión vocal. Los demandantes tienden a cambiar su entonación, tono, ritmo y énfasis, haciéndolos sonar emocionales y más expresivos», explicó.
El estudio investigó ocho oradores, cuatro de Francia y cuatro de Quebec, que registraron 84 oraciones cortas, tanto en un tono neutral como de una manera quejándose. Un grupo seleccionado de 40 participantes de Quebec, la mitad de los cuales originalmente vinieron de Francia, evaluó las expresiones emocionales (por ejemplo, felices, tristes, enojadas, sorprendidas, ansiosas, desagradables) transferidas por estas grabaciones. Los hallazgos indicaron que aunque las quejas generalmente muestran un «tono de voz de voz» característico, las diferencias culturales sutiles influyen en cómo se observan estas expresiones.
La investigación descubrió que los oradores de Québécois se evaluaban como sonables, más sorprendidos y más desagradables en comparación con sus homólogos franceses, que se consideraban sorprendentes. Maucand siguió las posibles influencias culturales en estas expresiones vocales y señaló que los franceses a menudo son vistos como demandantes frecuentes. Sugirió que esta consistencia podría conducir a una tendencia de los hablantes de francés a debilitar la agresión en sus síntomas, de modo que la tristeza transfiere más que la ira.
Por el contrario, la naturaleza más expresiva del discurso de Québécois puede explicar la mayor intensidad de las emociones, como la sorpresa o la ira en sus quejas. Maucand enfatizó que las convenciones sociales y los estándares culturales se quejan de cómo los individuos expresan insatisfacción: «Puede haber convenciones sociales sobre cómo suena una queja en una cierta cultura que se puede aprender cuando crecemos».
Los investigadores reconocieron que el grupo limitado de participantes de sus estudios puede limitar la generalización de sus hallazgos y sugerir más investigaciones sobre historias de quejas más largas y varios contextos culturales.
A pesar de estas limitaciones, la investigación subraya la importancia de comprender el tono vocal en la comunicación social. Las ideas podrían informar áreas, como trastornos de comunicación y terapia, lo que sugiere que una mayor atención sobre cómo se expresan las quejas puede mejorar las interacciones. Maucand concluyó: «Podría alentar a las personas a estar más atentos, no solo lo que la gente dice, sino cómo lo dice, y lo que implica».