En el reciente evento anual de la Asociación del Ejército de los EE. UU. en Washington DC, las discusiones sobre la integración de la tecnología de drones en el ejército de los EE. UU. resaltaron la complejidad del despliegue efectivo de estos dispositivos. El coronel Dave Lamborn, comandante de la 2.ª Brigada Móvil de la 25.ª División de Infantería con base en Hawái, expresó su preocupación por abrumar a los soldados con demasiados drones. A medida que el Ejército se esfuerza por adoptar nuevas tecnologías, la comprensión de cuántos drones pueden manejar de manera realista las unidades pequeñas sigue evolucionando.
Lamborn enfatizó la necesidad de equilibrio y dijo: «Ciertamente quiero capacitar a los equipos, pero tampoco quiero sobrecargarlos». Señaló que los líderes de escuadrón pueden tener responsabilidades adicionales, desviando la atención de su papel principal como tiradores principales. Los soldados ya tienen la tarea de gestionar una variedad de equipos críticos, incluidas gafas de visión nocturna, ópticas térmicas, radios y armas de fuego, que requieren atención constante.
Según Lamborn, el nivel más práctico para integrar las operaciones con drones es a nivel de pelotón, donde las unidades tienen más personal para manejar eficazmente las responsabilidades asociadas con la gestión de drones sin sobrecargarse. Señaló que el despliegue de drones implica algo más que personal; también aumenta la logística asociada a recursos clave como baterías, estaciones de carga, repuestos y generación de energía, elementos que traen complicaciones adicionales, especialmente en entornos desafiantes como las selvas.
Bergantín. El general Travis McIntosh, subcomandante general de la 101.ª División Aerotransportada de Fort Campbell, Kentucky, se hizo eco de sentimientos similares sobre las limitaciones prácticas de los drones. Planteando dilemas operativos cruciales, preguntó retóricamente: «¿Llevo municiones en el helicóptero o llevo baterías en el helicóptero?». El saldo de estos suministros críticos es indicativo de los desafíos logísticos que enfrentan las unidades.
Si bien la atención se centra actualmente en cifras manejables, ambos líderes reconocieron que los avances tecnológicos podrían remodelar estos límites en el futuro. A medida que mejoren las capacidades de los drones, las unidades podrán manejar una flota mucho mayor de dispositivos. Sin embargo, el ejército todavía está analizando los aspectos prácticos del uso de drones pequeños y rentables en escenarios del mundo real. Por ejemplo, en el duro clima del Indo-Pacífico, garantizar la funcionalidad de los drones plantea obstáculos importantes.
La 25.ª División de Infantería participa activamente en las pruebas y el desarrollo de soluciones, especialmente con pequeños drones y tecnologías de impresión 3D, a medida que el Ejército evoluciona en su comprensión de la guerra con drones. Los soldados están capacitados no sólo para operar estos vehículos aéreos no tripulados, sino también para repararlos y construirlos, lo que refleja un compromiso militar más amplio para integrar la tecnología de drones en el combate futuro.
A pesar de los avances significativos, se avecinan desafíos, especialmente en la escasez de personal con habilidades especializadas en operaciones con drones y guerra electrónica, áreas consideradas esenciales para futuros compromisos militares. Estos obstáculos subrayan la necesidad de una adaptación e innovación continuas a medida que el ejército estadounidense persigue su objetivo de aprovechar la tecnología aérea en la guerra moderna.