Un desfile militar masivo en el centro de Beijing mostró una colección de armas avanzadas, lo que indica las ambiciones de China y el crecimiento militar al liderazgo de Xi Jinping. Con una variedad de misiles armados nucleares en mecanismos defensivos de larga distancia y avanzados, la exposición tenía la intención de establecer la ubicación de China a la vanguardia de un nuevo orden mundial.
Uno de los aspectos más destacados fue el DF-61, un formidable cohete balístico intercontinental (ICBM) que se mostró por primera vez, lo que marcó una adición significativa a la fuerza del cohete PLA. El desfile también mostró cohetes equipados con vehículos de deslizamiento hiperónicos (HGV), conocidos por su capacidad para evitar los sistemas meteorológicos de cohetes debido a sus patrones de vuelo impredecibles.
Los drones estuvieron prominentemente presentes en la pantalla, que van desde grandes submarinos no tripulados hasta sistemas aéreos que funcionan como «hombres leales» junto con cazadores de sigilo avanzados. Los drones basados en el terreno, incluidos los equipados para logística y minas, se han agregado al progreso tecnológico que se puede ver.
Una función sorprendente fue la introducción de los sistemas de defensa aérea láser, que representa un cambio para las armas de energía específicas, capaz de desactivar los objetivos sin la necesidad de municiones convencionales. Estos sistemas ofrecen beneficios económicos y logística simplificada, subrayando la capacidad industrial de China para adaptarse al progreso militar.
Los expertos señalaron que la extensa representación del hardware militar indica la capacidad de China para desarrollar y usar capacidades avanzadas a un ritmo rápido. A modo de comparación, aunque el gasto de defensa de China ha aumentado considerablemente en las últimas tres décadas, todavía se queda atrás de los Estados Unidos en el gasto total. Sin embargo, cuando se considera en un contexto regional, el presupuesto militar de China eclipsa a sus vecinos, mejorando la posición estratégica.
El impresionante conjunto del desfile sirve como un recuerdo del creciente alcance militar de China, especialmente en el mar, donde las proyecciones sugieren que en 2030 podría superar a la Marina Americana en los barcos de la fuerza de batalla. La representación de sistemas no tripulados, que parecía avanzado en comparación con las homólogos occidentales, enfatizó lo que algunos analistas llamaron ‘guerra inteligente’, con énfasis en las posibilidades autónomas y de redes.
A pesar de las sorprendentes imágenes, los analistas advirtieron contra sacar conclusiones sobre la efectividad militar de China con sede exclusivamente en el desfile. El contexto histórico subraya la ausencia de conflictos recientes con una alta intensidad que confronta al ejército chino, que refleja las lecciones aprendidas de la participación de Rusia en Ucrania, donde las figuras puras no garantizan el éxito.
Si bien Estados Unidos mantiene una reputación de suministrar una potencia de fuego efectiva, las revisiones recientes sugieren que el margen de superioridad militar a China puede reducirse. Los observadores reconocieron afirmaciones en tecnología militar china, pero señalaron que demostrar armas en un desfile no es lo mismo que la competencia del campo de batalla.
En resumen, el desfile en Beijing fue una poderosa representación de las ambiciones militares chinas, que demuestra tanto el ancho de su progreso como los desafíos que quedan en validar esas capacidades en escenarios del mundo real.