Bangladesh, conocido por su rica red de ríos, se enfrenta a una crisis crítica de agua dulce, principalmente debido a la dependencia geográfica de las fuentes de agua de los países vecinos. Alrededor del 80% de los ríos que fluyen a través de Bangladesh surgen fuera de sus límites, creando desafíos para el acceso sostenible al agua en medio del crecimiento urbano y el cambio climático.
La investigación reciente destaca los hallazgos alarmantes: cuatro de los diez principales ríos en Bangladesh, incluidos los Ganges y el antiguo Brahmaputra, han caído bajo su «espacio operativo seguro». Este término se refiere al flujo mínimo de agua que es necesario para apoyar los sistemas ecológicos y sociales que dependen de estas vías fluviales. Los niveles reducidos de agua ponen en peligro la seguridad alimentaria y los medios de existencia para millones, en particular la reunión de pescadores, agricultores y otras comunidades que dependen de estos ríos.
Las proyecciones sugieren que los seis ríos restantes pronto también podrían ingresar a áreas inseguras, principalmente debido a la construcción de presas hidroeléctricas, depósitos y mayores requisitos de la agricultura de regadío. El concepto de un «espacio operativo seguro» fue inicialmente propuesto por investigadores de la Universidad de Estocolmo en 2009 y luego se actualizó en 2023, lo que indica que seis de las nueve fronteras planetarias ya se han excedido. Este marco enfatiza los riesgos de sobrecargar los recursos naturales, lo que enfatiza la urgencia de abordar estos problemas en regiones densamente pobladas, como el Delta del Delta de Bangladesh.
La disminución de los flujos de ríos es especialmente pronunciada en todas las estaciones, excepto el invierno, que marca una notable disminución en los últimos 30 años. El río Ganges, a pesar de la distribución de las partes de agua de 1996 entre India y Bangladesh, está luchando por apoyar a los ecosistemas y comunidades locales. Históricamente, estos ríos han jugado un papel crucial en la configuración de la economía y la cultura del sur de Asia, pero este legado ahora está amenazado.
Entre las especies afectadas se encuentra la Hilsha -vis, conocida por su valor culinario, que ha visto que sus poblaciones disminuyen considerablemente. La sobreextracción del agua aguas arriba, en particular debido al aluvión de Farakka en la India, ha llevado al contenido de sal elevado en el río Gorai. Los ecosistemas de río saludables dependen de un delicado equilibrio entre la sal y el agua dulce, y las interrupciones de este equilibrio ya influyen en la pesca, los rendimientos agrícolas y la salud de los delfines de agua dulce en el Ganges.
Los dobles desafíos de disminuir los flujos de ríos y el aumento del contenido de sal son serios riesgos para los Sundarbans, el bosque de mangle más grande del mundo. La pérdida de este ecosistema vital no solo podría amenazar la biodiversidad local, sino que también podría tener implicaciones más amplias para la estabilidad climática regional, posiblemente liberar tiendas de carbono significativas y agravar el cambio climático.
Abordar estos desafíos versátiles requiere una cooperación internacional y negociaciones efectivas de transmisión cruzada, porque los ríos en el Delta del Delta de Bangladesh son cruciales por los medios de existencia de alrededor de 700 millones de personas en varios países, incluidos China, India, Nepal y Pakistán. Aunque existen desafíos diplomáticos, algunas historias de éxito, como la Comisión del Río Mekong, ofrecen esperanza para establecer tratados cooperativos para garantizar la gestión sostenible del agua.
Las soluciones innovadoras, como los esquemas basados en impuestos para compartir agua, pueden garantizar la asignación de agua justa entre Oeverlanden. Además, las estrategias como reducir la deforestación y la reparación de humedales pueden fortalecer la resiliencia contra los efectos climáticos, lo que promueve la seguridad del agua a largo plazo.
Debido tanto al bienestar ambiental como al humano, asegurar un espacio operativo seguro para estos ríos no solo es esencial para la salud ecológica, sino también para promover una sociedad estable y próspera en el Delta del Bangladesh densamente poblado.