Los republicanos de Huis han dado un paso importante en la dirección de un posible cierre del gobierno al adoptar una Ley de Financiación Temporal de Siete semanas con un voto de 217 a 212, sin embargo, sus esfuerzos han pagado rápidamente resistencia en el Senado, donde los demócratas han bloqueado la propuesta solo unas pocas horas después. Este reciente desarrollo plantea preguntas sobre estrategias legislativas como la fecha límite del 30 de septiembre para los enfoques de financiación.
La corresponsal del Congreso, Lisa Desjardins, señaló que la situación de desarrollo es única, dado su momento y el inminente receso del Congreso. Con un descanso planeado para la próxima semana, ambas habitaciones no estarán en el asiento, por lo que el potencial es aún más complicado para evitar un cierre del gobierno. El presidente Mike Johnson y el liderazgo de la Cámara han indicado que solo argumentarán después de la fecha límite, dejando el resultado en manos del Senado.
Los líderes democráticos, incluido el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer, expresaron su posición contra la propuesta republicana y enfatizaron la necesidad de una legislación de dos partes para abordar cuestiones urgentes, especialmente en la atención médica. Schumer criticó a los republicanos que se vieron obligados a ser el ex presidente Donald Trump, lo que sugiere que esta lealtad obstruye un compromiso constructivo.
En el lado republicano, el representante Mike Johnson expresó su frustración por la negativa de los demócratas a aceptar una solución de financiamiento a corto plazo, con el argumento de que la gobernanza no debe verse a través de una lente partidista. En los demócratas, insistió en acercarse a las negociaciones de manera responsable.
Esta situación es una prueba importante para ambas partes, especialmente para Schumer, que se enfrenta al desafío de navegar por los requisitos que pueden conducir a un cierre del gobierno. Aunque los republicanos creen que pueden cambiar la culpa de un cierre a los demócratas, muchos dentro del partido reconocen una incertidumbre sobre lo que significaría un cierre de la política, especialmente cuando se acercan las próximas elecciones.
A medida que continúan las discusiones, muchos observadores, incluidos Desjardins, sugieren que la posibilidad de un cierre del gobierno es alarmantemente alta, por lo que se estima que la posibilidad de 80 por ciento o más no se ha acordado una nueva legislación. Las complejidades de este impasse no solo revelan las profundidades de la brecha partidista, sino también la complejidad de la maniobra legislativa a medida que los legisladores luchan con la urgente necesidad de financiamiento del gobierno.