A la edad de 97 años, la NASA anunció la muerte del valioso astronauta Jim Lovell, el comandante de la misión Apollo 13.
Lovell, un ex piloto de la Marina, adquirió conocido en todo el mundo cuando dirigió la misión Apollo 13 en 1970, que evitó un desastre después de una catastrófica explosión de tanque de oxígeno. Esta casi tragedia se convirtió en un momento determinante en la historia del espacio. Su historia fue inmortalizada en la película ‘Apollo 13’ de 1995, donde fue representada por el actor Tom Hanks.
La NASA enfatizó el legado duradero de Lovell y declaró que su «vida y trabajo millones de décadas inspiraron a millones de personas», elogió su «carácter y coraje firme». Mientras Lovell viajaba a la luna dos veces, nunca puso un pie en la superficie, lo que agrega una capa de emoción a su actuación.
Con la misión Apollo 13 lanzada el 11 de abril de 1970, tenía la intención de lograr lo que habría sido el tercer aterrizaje de la humanidad de la Luna, con Lovell inicialmente planeó caminar sobre la luna. Sin embargo, la misión dio un giro peligroso cuando un tanque de oxígeno explotó en el camino, lo que condujo al ahora famoso llamado al control de la misión: «Houston, tuvimos un problema». El liderazgo tranquilo de Lovell, combinado con el ingenio del equipo de tierra, finalmente aseguró el regreso seguro de la tripulación.
Después de la crisis, Lovell recibió innumerables premios, incluida la Medalla Presidencial de la Libertad. A pesar de sus esfuerzos heroicos y su amplia experiencia, nunca regresó al espacio después de la misión Apollo 13.
Nacido el 25 de marzo de 1928 en Cleveland, Ohio, los antecedentes militares de Lovell incluyeron servir como piloto naval antes de convertirse en astronauta. Un hito importante en su carrera fue como parte de la misión Apollo 8 en 1968, donde él y su tripulación se convirtieron en las primeras personas en dar la vuelta a la luna. Esta misión también produjo la foto icónica «Earthrise» y capturó la tierra que pasó el horizonte de la luna.
La familia de Lovell expresó enormemente orgullosa de su notable vida y carrera, pero enfatizó su pérdida personal y lo describió como «papá, abuelo y líder de nuestra familia. Lo más importante fue que él era nuestro héroe». Pensaron en cómo lo extrañarían debido a su optimismo, humor y capacidad para inspirar a otros a perseguir lo inalcanzable.
Jim Lovell deja una herencia que se extiende mucho más allá de su contribución al espacio, el espíritu de aventura y perseverancia encarna que define la búsqueda de la humanidad para el conocimiento.