Descubrimiento de tres especies de tiburones antiguas en la gigantesca cueva de Kentucky


Un anuncio reciente del Servicio de Parques Nacionales y el Departamento de Paleobiología Smithsonian ha revelado un descubrimiento emocionante en la gigantesca cueva de Kentucky: tres tipos previamente desconocidos de viejos tiburones. Este importante hallazgo no solo enriquece el registro fósil, sino que también ofrece ideas cruciales sobre la vida marina prehistórica en América del Norte.

Hace unos 340 millones de años era lo que las colinas onduladas de Kentucky ahora se han sumergido bajo un mar cálido y poco profundo. En ese momento, la cueva gigantesca aún no era una cueva, sino más bien un fondo marino, que elevaba las capas de sedimentos que mantenían los restos de viejas criaturas marinas. Estos sedimentos luego se transformaron en cuevas de piedra caliza, que hoy en día ofrecen una mirada en el pasado lejano. Los paleontólogos enfatizan que las formaciones rocosas de la región, especialmente el Ste. La piedra caliza de Genevieve, está abundantemente presente con fósiles notablemente conservados y actúan efectivamente como una cápsula del tiempo para estudiar la vida antigua.

Uno de los sorprendentes descubrimientos son los Macadens Olsoni, un pequeño tiburón que probablemente mide menos de un pie de largo, caracterizado por una espiral distintiva de dientes aplastantes. El equipo de investigación señaló que estos dientes eran una corona curva, ideal para agrietarse moluscos y gusanos. A diferencia de muchos depredadores principales, Macadens Olsoni ocupa el fondo marino y confió en ellos en sus dientes especializados para acceder a su presa. Los restos fueron desenterrados en las capas más antiguas de la gigantesca cueva, que data del período de Mississippian tardío. La especie se menciona en honor tanto a Mammoth Cave como a Rickard Olson, un científico retirado del parque que ha contribuido considerablemente a la investigación fósil de Shark, subraya la importancia del trabajo de campo a largo plazo en el descubrimiento científico.

Además de Macadens Olsoni, se identificaron otros dos tiburones fósiles: Troglocladodus Trimblei y Glikmanius Carforum. Troglocladodus trimblei se caracteriza por sus dientes bifurcados y afilados, lo que indica una estrategia adaptativa para cortar peces rápidos y cefalópodos. Por el contrario, Glikmanius Carforum poseía dientes gruesos y rectos que eran adecuados para aplastar los mariscos. Ambos pertenecen a un grupo extinto que se conoce como Ctenacanths, reconocido por sus espinas dorsales blindadas. Estos hallazgos sugieren una amplia gama de comunidades antiguas de tiburones, cada especie adaptada a dietas específicas y estrategias de caza, de modo que la visión convencional de los tiburones se disputa exclusivamente como depredadores agresivos.

No se puede sobreestimar el significado de los fósiles de la cueva gigantesca. El sitio ha producido fósiles de casi 40 especies de tiburones diferentes, lo que contribuye a una comprensión más extensa de la evolución temprana del tiburón. Curiosamente, los científicos también han reclasificado una especie de tiburón diferente, Helodus coxanus, ahora conocida como rotuladens o «banda de ruedas», basada en su patrón de diente circular único. Dichas variaciones anatómicas ofrecen a los paleontólogos datos valiosos para rastrear los caminos evolutivos que permitieron a los tiburones ocupar varios nichos ecológicos.

La cueva gigantesca presenta un entorno raro en el que los fósiles están notablemente bien almacenados, para que los investigadores puedan investigar detalles como la estructura dental, los suplementos de vin y las características del cráneo que a menudo se pierden en circunstancias menos protegidas. Juntos, estos descubrimientos ilustran que los océanos antiguos eran ecosistemas bulliciosos llenos de una rica diversidad de especies de tiburones, cada uno con un papel específico en el complejo entorno marino de su tiempo.



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