Durante décadas, el estudio de la menstruación se ha enfrentado a importantes desafíos debido a la disponibilidad limitada de animales de laboratorio que experimentan ciclos menstruales de forma natural. Debido a que aproximadamente la mitad de la población mundial experimenta la menstruación durante una parte sustancial de sus vidas, el conocimiento sobre los mecanismos biológicos y los trastornos asociados aún es inadecuado. Sin embargo, acontecimientos recientes están empezando a cambiar el panorama de esta investigación.
Investigadores de la Universidad de Harvard han creado con éxito ratones modificados mediante bioingeniería que pueden experimentar ciclos menstruales similares a los de los humanos. Estos ratones genéticamente modificados no sólo simulan el proceso menstrual, sino que también son capaces de desprenderse del revestimiento uterino, algo que antes sólo se observaba en determinadas especies, incluidos los humanos, ciertos primates y algunos murciélagos.
El desarrollo de estos ratones podría revolucionar la medicina reproductiva, especialmente cuando se trata de enfermedades como la endometriosis, la adenomiosis y el sangrado menstrual abundante, que durante mucho tiempo no se han comprendido bien pero que constituyen problemas ginecológicos generalizados.
La Dra. Kara McKinley, bióloga reproductiva y autora principal del estudio, enfatizó la importancia de este avance y afirmó: «Hasta ahora, nunca hemos tenido un modelo de menstruación de mamíferos confiable y genéticamente manejable. Eso ha sido una barrera fundamental para comprender cómo es la menstruación normal y qué sucede cuando sale mal».
Históricamente, los investigadores han utilizado el pseudoembarazo inducido por hormonas en roedores para aproximarse a ciertas características del ciclo menstrual. Sin embargo, estos modelos no logran replicar aspectos esenciales de la menstruación real, como la descomposición completa y la regeneración del endometrio. El entusiasmo que rodea al ratón espinoso africano, que menstrúa naturalmente, se ha visto atenuado por su naturaleza delicada y la falta de herramientas de investigación genética integrales, lo que lo hace poco práctico para estudios a gran escala.
El nuevo modelo de Harvard aborda estas limitaciones. Los científicos utilizaron un método quimiogenético para implantar un receptor activado por fármacos que hace que las células endometriales del ratón respondan al calcio, una señal crucial en la menstruación humana. Combinado con niveles elevados de progesterona, esta configuración provocó un “evento similar a la menstruación controlado y reversible” que duró varios días. Las evaluaciones histológicas posteriores confirmaron síntomas como sangrado, expansión vascular y patrones de expresión genética que reflejan fielmente los encontrados en el fluido menstrual humano.
Los hallazgos, descritos en una preimpresión en bioRxiv, brindan a los investigadores una nueva perspectiva sobre la compleja dinámica espacial y celular que subyace a la menstruación. Utilizando transcriptómica espacial unicelular, el equipo observó una disposición distinta de las células endometriales antes de su muda. Las células en regeneración formaron un anillo protector alrededor de grupos de células más viejas y degeneradas, lo que sugiere que la menstruación es un evento biológico cuidadosamente coordinado en lugar de un proceso caótico.
Aunque los ratones todavía carecen de algunas de las características observadas en la menstruación humana, como el desarrollo de arterias espirales esenciales para la circulación sanguínea en el endometrio, el modelo muestra una superposición genética del 31% en la expresión con muestras menstruales humanas, un aumento significativo en comparación con la superposición de sólo el 12% que se esperaría por casualidad. Este nivel de correlación la convierte en una plataforma prometedora para profundizar en la complejidad molecular de la salud menstrual y los trastornos asociados.
Dado que hasta 1 de cada 5 mujeres experimenta sangrado menstrual abundante y las opciones de tratamiento existentes a menudo se limitan a la supresión hormonal o la cirugía invasiva, el nuevo modelo del equipo de Harvard pretende allanar el camino para terapias innovadoras de ARNm. Estas terapias podrían apuntar a vías específicas involucradas en el sangrado anormal, con menos efectos secundarios que las soluciones actuales.
La creación de ratones que menstrúan representa algo más que un gran avance en el estudio de la biología menstrual; destaca un enfoque en desarrollo en la investigación biomédica sobre la salud reproductiva de las mujeres, un área que históricamente no ha recibido suficiente financiación ni ha sido investigada. Hasta la década de 1990, la mayoría de los estudios preclínicos se realizaron principalmente en animales machos para evitar las complicaciones asociadas con los ciclos hormonales femeninos, dejando una brecha significativa en la comprensión de los problemas de salud que afectan a la mitad de la población.
La Dra. Alison Kohlmeier, científica reproductiva de la Universidad Emory que no participó en el estudio, señaló: «No se trata sólo de la menstruación. Se trata de tener las herramientas para examinar la salud reproductiva de las mujeres con la misma exactitud y precisión que aplicamos a otros sistemas».
A medida que avanza el campo, los resultados de esta investigación están preparados para someterse a una revisión por pares. Si se valida, este modelo podría iluminar las razones detrás de las diferentes experiencias de los individuos con los síntomas menstruales, allanando el camino para soluciones sanitarias mejores y equitativas.